jueves, 6 de junio de 2013

El Circo de la Medianoche

Desde 1890 varias personas han contando historias, trasmitidas de generación en generación, con rumores acerca de un Circo Sombrío, con el tiempo esta historia se ha ido perdiendo, pero mi abuela me dijo lo que algún día le contaron, una historia sobre uno de sus tíos abuelos. Ella me dijo que el siguiente relato estaba escrito en su diario, el cual fue encontrado días después de su desaparición. “En una mañana como cualquiera mi abuelo y sus dos hermanos estaban ayudando a pintar el exterior de la vieja casa de mi madre, y un viejo desconocido pasó por el frente de la casa a toda prisa, avisando a todos que un circo venía a la ciudad, y aquello era algo relativamente común, mi abuelo y sus hermanos se apresuraron a la plaza central de la ciudad, donde por lo general se establecían los circos para hacer una presentación breve de convocatoria al público. Una vez allí, no había nada, ni payasos, ni carros, sólo unos carteles clavados a un poste, supongo que aquello era más interesante que si hubieran hecho una presentación, el papel de los carteles, y los carteles mismos eran muy sencillos y misteriosos. Y estaba escrito en negrita: “El circo de medianoche llegó a la ciudad. El espectáculo comienza a la media noche y termina al amanecer. ” Mi abuelo me contó que su hermano no pudo dormir esa noche. Tal vez por estar pensando en el circo y sus porqués. Los pre-adolescentes pidieron a su padre que los llevaran al circo por la noche, y a pesar del horario, el les quiso dar un voto de confianza a los muchachos que eran casi hombres. Cuando eran las once y media de la noche todos estaban todos en frente del circo observando aquella lona enorme, posiblemente con una altura de unos 15 metros, lo que era algo extraño, ya que nadie de los presentes vio cuando el circo llegó. Pero estaba allí. La tela era de azul raso, con algunos agujeros remendados por dentro, y envolviendo todos los carros y al mismo circo había una rejilla que estaba un poco oxidada, pero al final de sus lanzas tenían una estrella dorada. Todas las luces y la música eran relajantes. Nunca había visto un circo como este antes. Formaron una fila, ya que no eran los únicos curiosos en la ciudad, había un montón de gente conocida, algunos amigos con sus esposas, y un amigo de la escuela de mi abuelo. Cuando llegó su turno para comprar los boletos, mi bisabuelo dijo con su voz imponente: “Cuatro entradas, por favor.” Y el anciano golpeó por detrás de un vidrio acrílico, señalando el aviso pegado en la cabina. “Sólo mayores de 18 años.” El mayor de los hermanos tenía 16 años en aquel tiempo, entonces el padre y sus hijos se dispusieron a volver a casa inconformes. Cuando estaba por irse, el mayor de los hermanos vio dos barras grandes sueltas, por las que con certeza lograría pasar sin mucho esfuerzo… El hermano de mi abuelo le dio un codazo y dijo “Conozco esa cara, se que estas pensando en hacer una tontería” . Al día siguiente, astuto como era el mayor de los hermanos fueron al circo, que estaba totalmente en calma y en silencio, él paso por los barrotes. Empezó a caminar en el interior del circo. Entró en una de las carpas, y vio algunos trajes, y una cómoda, que le resultó interesante y terminó por abrir, allí encontró un álbum de fotos, eran imágenes de personas con discapacidades físicas, o deformes, vestidas forma festiva, había una bailarina de una sola pierna, en muletas, había un hombre enorme que parecía un gigante, con el rostro deformado, el hombre más gordo que había visto en su vida, usaba pañales, y las gemelas siameses con un rostro angelical. En ese momento supo que no era un circo típico, sino un circo de los horrores. Fue a una tienda de al lado, y había algunas pertenencias de los artistas, una de ellas le llamó mucho la atención, era un reloj de oro, con una bailarina en las agujas. En ese momento le pareció oír pasos que se acercaban hacia él, luego salió de la tienda, pasando por la rejilla y huyo corriendo. Cuando llegó a casa le mostró el reloj a mi abuelo, aseguró que lo había encontrado en la calle, pero era un objeto muy hermoso para que simplemente fuera arrojado por ahí, por lo que le advirtió que debía dejarlo de donde lo tomó, su hermano se enfureció diciendo que no lo había robado, y que no pertenecía a nadie. Esa noche tuvo un sueño muy perturbador, soñó que la bailarina del reloj, estaba en la habitación de los hermanos y que le cortaba los brazos y las piernas con un machete. Se despertó muy asustado, contando el sueño a toda la familia, sus padres le dijeron que no se preocupara, que era sólo porque había estado viendo muchas historietas de terror. El hermano mayor no se quedo tranquilo, permaneció mirando por la ventana en dirección hacía el circo, que no podía ser visto de tan lejos que estaba. Pasó sus últimos días escribiendo en su diario, cosas que solo hasta después descubrimos. Una noche, debían de ser aproximadamente las dos de la mañana, cuando él (el hermano mayor) se levantó de la cama y saltó por la ventana … Mi abuelo corrió a la ventana para ver a dónde iba, se dirigía a toda prisa en dirección al circo. Mi abuelo se puso la botas y le siguió, parecía aturdido, se tambaleaba y tenía los ojos casi cerrados, le llevó al menos media hora hasta que llegaron al circo. El hermano mayor entró en la tienda en frente, sosteniendo el reloj en la mano, sin ni siquiera comprar un boleto para entrar. El vendedor de boletos vi a mi abuelo espiando a través de la parte delantera de la tienda de campaña de lona y lo corrió de ahí. Se dirigió a la parte posterior del circo y siguió en su labor de espía para ver si lograba ver a su hermano, esperó hasta el amanecer. Cuando dieron las cinco y media de la mañana, oyó un gran clamor en el lado derecho de la carpa, se dio cuenta de que había otra rejilla suelta y paso a espiar a través de la lona. Y allí estaba su hermano, había sido capturado por dos payasos muy raros con el rostro deformado, ellos lo tenían asegurado, pero el chico no parecía estar despierto. Fue entonces cuando una bailarina sin piernas entró en la lona con un machete cortó los brazos y las piernas del pobre muchacho. Mi abuelo dice que salió llorando y corriendo tan rápido como pudo, regresó a casa todo sucio y sudoroso, y los padres enojados le preguntaron si había una explicación para aquello, y le dijo todo lo que había visto, y sobre el reloj . El padre de mi abuelo llamó a la policía, para que fueran a buscar a su hijo al circo, pero cuando la policía llegó al lugar ya no había rastro del circo en el sitio. Mi abuelo casi se volvió loco, pero fue entonces cuando encontró el diario y pudo conocer la verdad acerca de lo que su hermano estaba sintiendo y sobre sus pesadillas … Y llegó a una conclusión terrible. Su hermano ahora era una más de las aberraciones de aquel circo, que castigaba a los que robaban, haciéndolos uno de ellos … arrancándoles algo que apreciaban.

El Baile (historia real)

Que tal Bakunos, estaba leyendo las historias que tienen aquí y me acorde de una historia que me contó mi abuela (que en paz descanse) sobre algo que le paso a su padre. Disculpen por la mala ortografía/gramática (especialmente los acentos!) y la narración, pero el español no es mi idioma fuerte. Mi abuela acaba de fallecer hace unas semanas, pero llego a tener 89 años. Si mal no recuerdo esto paso cuando ella apenas era una niña, por lo tanto fue entre 1924-1939. El padre de mi abuela tocaba en un grupo local. En una noche el grupo estaba intentando de encontrar a alguien que los contratara, pero no tenían suerte. Ya casi a media noche se iban a dar por vencidos y mejor irse a su casa para descansar y seguir al día siguiente. Cuando estaban a punto de irse a su casa se les arrimo un hombre. El hombre lo describieron como alguien opuesto, vestido muy elegante y alto. El hombre les dijo que si andaban buscando trabajo, los músicos contestaron que si. El hombre les dijo que el los contrataba para una fiesta que iba a tener. El hombre los encamino hacia una casa muy grande y elegante que parecía ser mansión. Esto era algo raro ya que los músicos no recordaban haber visto esa casa, pero como no habían tenido éxito en encontrar a alguien que los contratara, no le pusieron mucha atención a la casa. Cuando llegaron a la casa, el hombre les dijo que les iba a pagar con dinero y botellas de tequila. Les dio una bolsa que contenía el dinero y el tequila, ya que todos estaban contentos se metieron a la casa y comenzaron a tocar. Cuando empezaron a tocar se percataron de dos cosas. Una, en la parte de la casa donde estaban tocando tenia muchas puertas cerradas. Y dos, no había nadie. A los cuantos minutos de estar tocando se abría una puerta y salia una pareja bailando. Al estar bailando se metían a otra puerta y salia otra pareja de otra puerta y así fue por toda la noche. Algo que notaron fue que alguna de la gente que salia de las puertas eran conocidos que no habían visto ya hace años/ el grupo se hablaba entre si y estaban algo contentos porque estaban tocando a amigos y conocidos, pero se les hizo raro que la gente que salia bailando se veía muy triste. Después de un rato de estar tocando se dieron cuenta de que alguna de la gente que salia de las puertas era gente que ya había fallecido, al darse cuenta de esto el grupo salio corriendo de la casa. Al estar afuera de la propiedad voltearon a ver la casa y se vieron que lo que ellos pensaron que era una casa resulto ser un terreno con una casa abandonada y fea, nada a lo que habían visto antes. Se fijaron en la bolsa que les había dado el señor y vieron que el dinero eran puros huesos pero el tequila seguía. Escucharon unos ruidos y voltearon a ver a la casa y vieron a un chango muy grande que estaba bailando y haciendo sonidos, al ver esto, el grupo salio corriendo a sus casas. Al llegar a la casa mi abuela dijo que su papá llego muy asustado y pálido y que le dijo a su familia que se pusieran a rezar el rosario. Mi abuela dice que su papá le decía que esa noche le habían tocado al demonio.

La chica del perro (Historia de Terror)

Esta es la historia de una chica. Una chica que cumplió los veinte años y, como regalo de cumpleaños, su padre le concedió una casita en el campo, concretamente en la cima de una colina. Recién mudada en la casa de sus sueños, acababa de instalarse en su chalecito en el monte con un único acompañante: su perro, un bonito pastor alemán. Cumpliendo la primera noche en su nueva casa de forma poco original (viendo la tele) se sorprendió al ver en las noticias que un asesino demente al que se le acusa de haber asesinado brutalmente a su familia y vecinos, había escapado esa misma noche hace dos escasas horas del manicomio de la colina contigua en la que se situaba su chalecito recién estrenado. Esto provoco un gran pánico en la veinteañera, que decidió acostarse, dada la hora que era. Tuvo que dormir en el sofá del salón, pues su cama aun no había sido instalada, lo que la incomodó aún más. Pasaron unos m minutos cuando... ¡BRAUMM!, sólo un trueno. Cuando el miedo la poseía, bajaba la mano para que su perro la lamiera, lo que le producía tranquilidad. De repente, sonó un crujido. Bajo la mano...y el perro se la lamió... no pasaba nada. Otro crujido... esta vez más fuerte. Entonces se oyó un ruido de madera rompiéndose seguido de lo que pareció el ruido de la puerta al abrirse... la chica, intentando convencerse a sí misma de que había sido producto de su imaginación, bajó la mano del sofá y la sensación de tranquilidad volvió de nuevo al notar la lengua de su querido perro recorrer su piel. Apenas pasaron unos segundos cuando se oyeron pasos. Silenciosos pasos que retumbaban con la fragilidad de un vaso de cristal fino en los oídos de la muchacha. A continuación le pareció oír una especie de goteo continuo: CLOC... CLOC...CLOC... No quería levantarse, tenía miedo, así que bajó la mano para que el perro se la lamiera. Pero aunque le lamiera las manos toda la noche el goteo seguiría ahí: CLOC...CLOC...CLOC... a si que decidió levantarse a buscar la gotera. Empezó por la cocina, pero no había ninguna gotera ahí. Miró por todos los grifos de la casa y por los baños, pero no encontró ninguna gotera. Sin embargo el ruido de goteo seguía ahí: CLOC...CLOC...CLOC... Decidió irse a dormir y buscar el goteo por la mañana, que se veía mejor. Pero el endemoniado ruido no la dejaba dormir. Bajo la mano para que su perro la lamiera antes de levantarse, y entonces cayó. Aún no había mirado en el lavadero del garaje. Emprendió camino hacia el lavadero y en cuanto abrió la puerta deseó no haberlo hecho nunca: vio a su pastor alemán ahorcado con gotas de sangre goteando por su cuello, lo que provocaba el ruido. Pero, os preguntareis, si su perro había estado muerto desde el goteo, ¿quien le chupaba la mano a la chica? ¡EL LOCO!!!!!!!!

El vaso de agua

Paso hace aproximadamente 3 años. Me encontraba con mi esposa fuera de la casa se podria decir que en el "jardin", escuchando musica y tomando algunas cervecillas. En ese entonces teniamos poco tiempo de habitar la casa como 2 meses, la colonia era nueva y esta hubicada aproximadamente a unos 150 - 200 mts de el panteon de valle verde aqui en Monterrey, Nuevo Leon, mi casa es la tercera de la esquina, despues de la esquina esta un terreno valdio y ya despues el panteon. Pues estabamos platicando y me dice mi esposa "mira" y haciendome una seña con la cabeza que volteara hacia la esquina, volteo y veo a una chava que viene caminando por la calle caminaba despacio y con la cabeza hacia abajo, la chava iba vestida con pantalon mezclilla, blusa, pero iba descalza, en ese momento comentamos mi esposa y yo que quisa andaba drogada o algo. Total segui con mi esposa platicando, cuando la chava pasaba por enfrente de nosotros escuchamos que venia llorando a lo que le comente a mi esposa que le preguntara a la chava si necesitaba algo, si se encontraba bien. Mi esposa me dijo que no que si queria le preguntara yo, note como un poco de enojo de parte de mi vieja pero me insistio y me dijo andale ve a ver que onda. Cuando iba a alcanzar a la chava que ya habia adelantado algunos metros de donde estaba con mi vieja, le pregunte disculpa te encuentras bien? y no me respondio, intente de nuevo, te encuentras bien?, ella volteo hacia mi, levantando la cabeza y haciendo su cabello hacia un lado, me respondio No!, le pregunte si le podia ayudar en algo y ella me dijo que estaba perdida, que no tenia idea de donde estaba, le pregunte donde vivia ella para ver si la podia orientar y me respondio que no sabia, yo estaba confirmado que la chica estaba drogada o padecia de sus facultades o algo por el estilo. Note que la chava no dejaba de verme a los ojos en ningun momento y mi esposa que para ese entonces nos habia alcanzado se estaba incomodando ("Lo note enseguida jajaja") por las miradas que me tiraba la chava esta. En lo que estaba pensando que hacer con esta chava, como ayudarla de pronto dice tengo mucha sed y la invita a el jardin de mi casa para ofrecerle un vaso de agua, de pronto pidio otro y otro y cuando le di este tercer vaso de agua la chica se dio media vuelta y continuo su camino asi sin decir adios, gracias o algo. Ademas se llevo el vaso jajajaja mi esposa me estaba haciendo caras para que le quitara el vaso, y yo le deje dejaselo la pobre anda que no sabe ni que onda. Segui platicando con mi esposa, escuchamos musica y seguimos tomando cerveza, mi esposa no perdia oportunidad de hacermela de pedo que por que muy amable con la chava, que no me dejaba de ver etc, ya saben como son la rucas, total nos fuimos a dormir y todo normal. Depronto ya de dormido me despierta un grito, fuerte, desesperado, era mi esposa, al escuchar el grito pues que me levanto todo asustado y sacado de onda y le pregunto que que paso, no terminaba aun de preguntar cuando volteo hacia los pies de la cama y estaba la chava , estaba parada al pie de la cama viendome fijamente, yo reaccione y le grite "Que chingados quieres aqui, salte de aqui inmeditamente hija de tu puta madre !!!!" y ella solo dijo "gracias por el agua" y se agacho de tal forma que ya no la vi, como si se hubiera metido bajo la cama, mi vieja seguia gritando de miedo y yo baje de la cama para sacar a la chava, me asome de bajo de la cama donde supuse se habia metido la chava, pero solo para sentir el peor sentimiento que habia tenido en mi vida, un miedo extremo, algo inexplicable, no habia nadie la chava no estaba por ningun lado mi esposa se me quedo viendo a los ojos con mucho miedo y me dice que paso y yo solo atine a decirle "No esta" en ese instante mi esposa se desmayo. Baje corriendo las escaleras y entre al baño para buscar el alcohol en el botiquin, lo encontre tome algunos algodones y cuando me di la vuelta para ir a atender a mi esposa, hay estaba de nuevo la chava en la sala mirandome fijamente, me sonrio y volteo hacia una pared en la que tenemos un cuadro en la que aparecen unos niños jugando, apunto hacia uno de los niños y me dijo "Ese es tu tipo!" seguido apunto hacia otro de los niños y dijo " Y esta es tu conciencia!", volteo hacia mi de nuevo me sonrio y me dijo "gracias" camino hacia la otra pared ("la pared que estaba a su espalda") y se perdio. No se cuanto tiempo tarde en recuperarme de la impresion, sentia mi corazon agitadisimo, como si fuera a salir de mi, no podia moverme, de pronto reaccione y fui a atender a mi esposa que aun estaba desmayada, la reanime y nos fuimos en chinga a dormir a casa de mis suegros. al dia siguiente regresamos a la casa y todo continuo normal (Excepto por las largas noches de insomnio). Lo unico que hizo que me dieran escalofrios de nuevo fue el encontrar el vaso que se habia llevado la chava bajo la cama.

El Hotel

Hace once años en vísperas de mi vigésimo quinto cumpleaños se me ordenó asistir a un congreso sobre medicina en la ciudad de Granada, España. Desde entonces había anhelado visitar la mítica Andalucía, provincia que me traía tantos recuerdos de mis viajes con mi padre alrededor de la península ibérica. Durante un largo viaje en avión de ocho horas me dispuse a recordar mis vivencias en aquella bohemia ciudad al lado de mi padre, un turco mercader que hablaba un perfecto andaluz; no pude evitar recordar nuestra estancia en el Hotel Alixares que se sitúa en la Alhambra, donde conocí a Jacinto, un niño de unos ocho años con el cual solía jugar dentro del hotel mientras mi padre se iba a vender sus productos al centro histórico de la ciudad. Jacinto y yo jugábamos hasta cansarnos en la piscina del hotel, dentro del mismo, solíamos molestar a los botones, a las recamareras quienes solían perseguirnos enfurecidas por los pasillos luego de levantarles las faldas, fueron recuerdos muy gratos de mi niñez, pero algo no me cuadraba en ese asunto, y era el recuerdo de una fría noche de diciembre en vísperas de año nuevo. Mi padre, enfermo de gripe, esa noche había salido a vender sus prendas gitanas al centro histórico y recuerdo que estaba con mi amigo Jacinto en la habitación de su familia, ellos planeaban regresar a su ciudad natal esa misma noche y se encontraban empacando sus pertenencias, yo estaba en la cama ayudando a su madre a guardar las prendas recién lavadas en sus enormes maletas de cuerdo mientras Jacinto ayudaba a su padre a guardar una especie de documento en otras maletas más elegantes, de pronto algo ocurrió, recuerdo que tocaron la puerta de la habitación y una voz ronca les pidió que le abrieran, de un momento a otro toda la familia quedó paralizada y no pude entender que era lo que pasaba. Lo próximo que recuerdo de ese encuentro fue que mi padre se encontraba corriendo por callejones oscuros y fríos, tomándome fuertemente de la mano y sin tantear en sus pasos. Al llegar a la ciudad lo primero que hice fue pedirle al taxista que me condujera al Hotel Alixares. Me sorprendió descubrir que lucía justamente como lo recordaba, el elegante pórtico de mármol, los pasillos elegantemente iluminados, el comedor con sus mesas decoradas con manteles blancos y la piscina del patio que en aquel entonces me parecía infinita, ahora lucía mucho más pequeña. Al entrar todo me pareció tal familiar, incluso podría afirmar que los botones, recamareras, encargados y meseros eran las mismas personas que estaban cuando era joven. Al llegar me dieron la habitación 127, que se encontraba en el ala este, en el tercer piso. Al llegar a la habitación no pude evitar sentir cierta nostalgia ya que lucía justamente como la que nos tocó a mi padre y a mi el tiempo que pasamos en la Alhambra, me recosté en la enorme cama sin siquiera desempacar mis pertenencias, me encontraba exhausto por el viaje. En sueños me encontré a mi mismo hacía 14 años atrás en ese mismo lugar; me encontraba en la cama de la habitación mirando un rincón de la misma, solo el foco de techo se encontraba prendido, de pronto al voltear a un lado cerca de la puerta se encontraba Jacinto, al verme dio unos pasos hacia la ventana de la habitación y se detuvo, me miró de nuevo y con una sonrisa bajó su mirada al suelo de la habitación, y con un gesto de su cabeza me indicó que mirara, en ese momento desperté, ya era de noche y el bullicio de la ciudad había cesado. El silencio de la habitación era un tanto incómodo, me quedé un momento tratando de volver a quedar dormido pero no pude. Salí de la habitación y me dirigí a la cafetería por unos bocadillos. Traté de tomarme un café en la terraza, pero el frío era algo que no soportaba así que me metí al hotel y me dirigí a la habitación para desempacar mis pertenencias. Faltaban todavía dos días para la conferencia así que a la mañana siguiente me dispuse a recorrer la ciudad, me dirigí al centro histórico donde alguna vez acompañé a mi padre en sus arduas horas de frío tratando de vender algo a las personas que pasaban indiferentes por su puesto. Todo parecía tan distante de aquella época, en tan poco tiempo todo se había llenado de comercios, automóviles, personas haciendo de todo, sin duda era algo más de lo que me imaginaba. Pasaron las horas y decidí volver al hotel, sin siquiera imaginar que esa noche ocurriría algo tan extraño que marcaría un antes y un después en mi vida, un suceso que nunca podré olvidar por más que quiera. Era ya de noche y me encontraba en mi habitación con solo la luz del techo encendida, quieto con mis pensamientos tratando de llegar a la hora de dormir, traté entonces de ver la hora en mi celular cuando torpemente lo solté y calló bajo la cama, al recogerlo pude distinguir una mancha en la pared detrás de la mesita que estaba al lado de la cama, la toqué y me di cuenta que en realidad le faltaba un pedazo a la pared y trataron de cubrir la imperfección con los muebles. Movido por la curiosidad y la ausencia de interés por cualquier cosa me dispuse a mover la mesa para ver hasta donde se extendía el daño, para mi sorpresa había un enorme hueco que conectaba mi habitación con la habitación de al lado. Impactado y enfurecido por el descubrimiento decidí comunicarlo a algún encargado, pero no pude localizar a ninguno en los alrededores y el camino al vestíbulo era muy largo, entonces decidí darle la noticia al huésped de al lado, para mi sorpresa nadie contestó, en ese momento un hombre me tocó el hombro para que lo atendiera, se trataba de un botones algo mayor de edad que me dijo que no había nadie en esa habitación y nunca más habría, al preguntarle la razón me dijo que hacía muchos años había ocurrido un fuerte incidente en esa habitación donde murieron tres personas y desde entonces habían sellado la habitación. Al escuchar la noticia olvidé por completo el incidente con el hueco, ya que entonces comprendí que en realidad aquella habitación sellada se trataba de la habitación donde me encontré la última vez con Jacinto y su familia, no pude creerlo en ese momento y al volver a la habitación me encontraba indeciso sobre dejarla o investigar que fue lo que ocurrió aquella noche. Me encontraba a la orilla de la cama, meditando lo sucedido y observando el hueco, que entonces me pareció de lo más tétrico y misterioso, entonces ocurrió; justo al lado del hueco había algo escrito, una palabra que me heló todo el cuerpo y que me hizo retroceder impactado con el corazón palpitando descontroladamente: justo al lado del hueco había una palabra... "Jacinto". No podía entenderlo, qué significaba todo ello? en ese momento recordé de nuevo el sueño que tuve la noche pasada, y salí corriendo de ese lugar, me dirigí a la terraza donde prendí un cigarro para calmar los nervios. Medité durante horas lo sucedido, eran casi las doce de la noche y me encontraba exhausto. Decidí dejar las cosas a un lado y volver a mi habitación. Con una incertidumbre insaciable abrí la puerta y coloqué la mesita de nuevo en su lugar, tapando el hoyo. Poco pude dormir esa noche ya que cada vez que lo hacía tenía en seguida el mismo sueño donde Jacinto aparecía en la entrada de la habitación, se dirigía a la ventana de la misma y sonrientemente me indicaba que mirara el suelo, pero al hacerlo despertaba y al volver a dormir ocurría lo mismos. La mañana llegó y me dirigí al comedor a desayunar. Al volver a la habitación recibí la llamada de mi jefe, necesitaba que le mandara unos documentos por fax, lo cual me tomó bastante tiempo ya que apenas conocía la enorme ciudad. Al atardecer volvía la habitación, decidido a dejar a un lado todo aquello y prepararme para la conferencia del día siguiente, donde tenía muchas preguntas pendientes que hacer. El Sol aún brillaba en el horizonte, eran casi las cinco de la tarde y ya había terminado con todo el cuestionario, me quedé observando el bello atardecer sobre las montañas nevadas cuando percibí un pequeño haz de luz que penetró la ventana e iluminaba justo el lugar donde Jacinto me indicaba que mirara en mis sueños. Sencillamente me pareció algo difícil de creer que estuviese pasando todo eso. Pude ver una pequeña luz que salían del hueco en la pared; era el reflejo de la ventana en la otra habitación y de un momento a otro removí la mesita y me asomé por el hueco. La habitación se encontraba en perfecto estado y se sentía un aura de paz y tranquilidad que me inquietaba bastante. Siendo un médico gastroenterólogo suelo basar mi alimentación en una dieta controlada y ejercicios constantes, por lo cual en ese entonces era una persona sumamente lánguida. El hoyo en la pared se extendía lo suficiente como para permitirme el acceso al mismo. Sin pensarla dos veces me llené de valor y me adentré al tétrico cuarto, parecía todo tan normal que ni siquiera me percaté de que fue en ese lugar donde aconteció aquel macabro suceso. La habitación lucía como nueva, lista para que alguien la ocupara en cualquier momento. Traté de dirigirme entonces al baño cuando de pronto un frío aire rozó mi cuello. Un escalofrío me cubrió al momento de escuchar un pequeño susurro que me decía: "Al baño, al baño, al baño... ". Era casi de noche y aún estaba paralizado por el miedo, no podía pensar con claridad y mis músculos no respondían. Los últimos rayos del sol vislumbraban con una tenue luz los objetos de la habitación y lentamente salí por el agujero hacia mi habitación. Esa noche salí del hotel sin siquiera tomar mis cosas, simplemente abrí la puerta de la habitación, pasé por el vestíbulo, no respondí siquiera a los llamados del encargado. Abordé un taxi, pero no supe decirle a donde llevarme, simplemente quería estar lejos de ese lugar. De pronto me di cuenta que la cartera la había olvidado en mi habitación, no podía creerlo. Salí del taxi y me dirigí al vestíbulo y me quedé parado junto a la enorme entrada, no sabía que hacer en ese momento, cuando veo al mismo anciano que vi la otra noche, al verme se dirigió hacia mi y con un gesto de preocupación me preguntó si todo estaba bien, por supuesto que no. Decidí contarle sobre el hoyo en la pared y que no pensaba volver a ese lugar. Angustiado me pidió que lo condujera a la habitación para verlo con sus propios ojos, ningún otro residente había comunicado algo sobre ello anteriormente. Los dos nos dirigimos de nuevo a la habitación que se encontraba abierta de par en par, olvidé cerrarla al salir. El hombre entró primero y encendió la luz y pegó un salto cuando observó la enorme apertura que comunicaba ambos cuartos. En seguida me dijo que me darían otra habitación sin demora alguna, pero era ya muy noche y estaba exhausto, y a decir verdad ya me había tranquilizado un poco, no solía ser de aquellos que creen en ese tipo de cosas debido a mi educación, así que le pedí simplemente que trataran la falla para la siguiente vez. Lo despedí sin hacer caso de sus quejas y cerré la puerta. Solo era esa noche, pensé, solo fue mi mente la que me jugó una mala pasada debido a que no pude dormir bien la noche anterior, necesitaba dormir bien para el día siguiente. Me acosté y pronto me fui quedando dormido. Volví a soñar de nuevo, esta vez Jacinto y yo nos encontrábamos platicando en el vestíbulo que estaba completamente vacío. El me contó que desde hacía unos días atrás su padre había ganado una fortuna en unos negocios que realizó y que con ese dinero le compraría una casa enorme y todos los juguetes del mundo, yo me sentí ofendido debido a que mi padre apenas podía vender los suficiente como para alimentarlos a ambos. El sueño continúo y entonces ambos nos encontrábamos en su habitación la noche del incidente, yo me encontraba ayudando a su madre y el ayudaba a su padre a guardar un enorme folder y muchas carpetas en un elegante maletín, todos lucían muy tensos, como si estuviesen esperando que algo pasara, cuando de pronto alguien derriba la puerta, un enorme hombre. Jacinto y yo esta vez nos encontrábamos en mi habitación, el estaba a mi lado hincado y yo me encontraba sentado con la cabeza entre los brazos llorando desconsoladamente, el trataba de animarme; no puedo recordar sus palabras, pero recordé que me indicó que no me preocupara, que el maletín se encontraba escondido, su padre había alcanzado a esconderlo. Luego se digirió unos pasos hacia la ventana de la habitación y me indicó con la cabeza el suelo, cerca de la ventana, ahí se encontraba el maletín. En ese momento desperté alterado, alguien se encontraba en mi habitación. Estaba todo oscuro y no pude distinguir quien era, simplemente tumbó la mesita de noche que cubría el hueco y se metió en el. En ese momento salté de la cama y encendí el foco, se escuchaban muchos ruidos en la otra habitación, pregunté quien era, y en ese momento el ruido cesó. Me quedé quiero tratando de escuchar de nuevo, pero ya nada pasó. Pude ver entonces el reflejo de la luz en la otra habitación, alguien había encendido los focos. Pregunté de nuevo quien era, pero no respondía. Me asomé por el hueco y escuché un leve susurro: "El baño... el baño... el baño". Los focos se apagaron y pude escuchar unos pasos que e dirigían lejos de mi habitación. En ese momento estaba harto de todo ello, eran las dos y media de la noche y no había podido dormir casi nada, tomé una linterna médica y un bisturí de un maletín de primeros auxilios que cargaba siempre conmigo. Iluminé la habitación, no había nadie, decidí entrar para acabar de una vez con toda esa mierda. El viento soplaba fuertemente y retumbaba en las ventanas, era una fría noche. Tanteé un momento sobre lo que haría después, trataba de convencerme de que todo el asunto era simplemente un juego de mi imaginación y nada mas. Encendí la luz de la habitación, todo lucía normal. Lentamente me dirigí a la puerta del baño cuya luz estaba encendida. Debajo de la puerta pude ver la sombra de alguien que caminaba y exaltado pregunté quien era, pero nadie respondía. Retrocedí y vi el hueco, quise retirarme pero me armé de fuerzas y abrí de un golpe la puerta del baño, el espectáculo era atroz. Una aguda luz amarillenta iluminaba una escena de muerte y putrefacción. El lavamanos estaba bañado en sangre seca, el inodoro estaba hecho pedazos, el espectáculo era repulsivo. Por supuesto para un médico recién egresado eso no era motivo para sentirse impresionado, lo que me impresionó era que toda la habitación lucía tan bien menos ese lugar. La tina estaba cubierta por una cortina casi transparente que entre luz dejaba ver la silueta de un niño que se movía, me quedé impactado. Un enorme estruendo sacudió de pronto la habitación, justo a mi lado y la silueta del joven desapareció. El ruido me derribó un momento, caí de rodillas tratando desesperadamente de recuperarme, me levanté y en un segundo descubrí la tina, estaba llena de sangre putrefacta, más que las otras partes del baño, en ese lugar habían matado a alguien. Inmerso en un aura de incertidumbre me dispuse a investigar un poco más la habitación, cuando escuché unos pasos que se detuvieron justo detrás mio. De nuevo sentí ese paralizante escalofrío recorrer todo mi cuerpo y al voltearme lo pude ver, no de forma clara, pero de alguna forma sabía que estaba ahí. Con un nudo en la garganta pregunté qué había pasado, no la pensé dos veces y retrocedí por la entrada, salí del baño y en la habitación pude ver un escalofriante destello de mi padre, cargaba un arma en su mano. Lo recordé de pronto, todo lo ocurrido. Mi padre esa noche se encontraba enfermo y había salido a vender sus prendas fuera del hotel, me había dejado encargado con los padres de Jacinto en lo que el volvía, por supuesto nunca salio realmente del hotel, los guardias no lo vieron salir nunca, tal vez ese fue su error. El padre de Jacinto era un hombre inteligente, sabía esconder muy bien sus riquezas y en el último momento lo había logrado. Durante mi niñez, después del accidente mi padre y yo vivimos en el exilio, comíamos basura y dormíamos cubiertos por hojas secas y piedras, el padre de Jacinto me había prometido una pequeña cantidad de su dinero y unas cartas de recomendación propias para que mi padre pudiera alimentarme y conseguir un buen empleo, pero mi padre nunca supo de eso ya que justo en el último momento me lo había hecho saber y ese dinero y documentos eran lo que Jacinto y su padre guardaban emocionados antes del accidente, era un regalo para mi y mi padre. No pude contener la tristeza y el ahogo debido a como habían resultado las cosas, mi padre siempre fue un hombre que quiso lo mejor para mi y de hecho era el único al que realmente le importaba. Aquella noche ninguno pudimos reconocer su voz debido a que se encontraba ronco por la enfermedad, por tal motivo decidieron esconder sus cosas debajo de una madera que se encontraba rota al lado de la ventana, en ese momento mi padre abrió la puerta con un arma en su mano y me pidió que fuera a su lado, ninguno lo podíamos creer. Esa noche no consiguió más que un par de joyas de la madre de mi amigo, salimos del hotel a toda prisa, sin despedirnos siquiera de los encargados ni guardias, corrimos toda la noche por toda clase de lugares tratando de esquivar las patrullas y policías hasta salir fuera de la ciudad. Dentro del baño, a un lado del inodoro, se encontraba una vieja nota en la que se alcanzaba a leer: "Toma el dinero y vete lejos, y nunca des la vuelta hasta salir del hotel", no pude comprender esa última parte. Salí del baño y pude verlo, estaba en la entrada de la habitación, se dirigió hacia la ventana y con un gesto me indicó donde se encontraba el dinero. A diferencia de mis sueños, donde el lucía alegre y tranquilo, ahora tenía un aspecto sombrío y triste, me dirigí hacia el y se fue desvaneciendo lentamente. Con un golpe ligero logré levantar la tabla, en ese momento me pareció increíble que los dueños del hotel hubiesen dejado las cosas de ese modo, no quisieron romper con la buena reputación de sus instalaciones. Tomé un maletín de cuero muy elegante y pesado, en ese momento sentí un escalofrío terrible en todo mi cuerpo y una voz de un niño triste me susurró al oído: "no voltees hacia atrás, no voltees hacia atrás"... Salí de ese lugar y de mi habitación sin siquiera tomar mis cosas, solo con el maletín. Bajé por el ascensor sintiendo un frío intenso detrás mio. Me dirigí al ala principal y salí del hotel por el vestíbulo, en ese momento giré la cabeza hacia la entrada y pude ver a mi padre. Todo recuerdo que tuve de el alguna vez, de ese hombre cariñoso y trabajador que siempre cuidó de mi hasta en los peores momentos se borraría para siempre de mi, sería reemplazado por la visión de un hombre despedazado y torturado que gritaba a todo pulmón "Perdón! Perdón!" en la entrada al vestíbulo del Hotel Alixares en la Granada española.

Amanda, espíritu del más allá deseoso de un hombre

Amanda era una chica callada y seria, de recién ingreso a la empresa y con esa cara guapita llamaba mucho la atención, siempre la miraba a los ojos buscando una explicación a su personalidad, cuando la capacité rocé sus manos un par de veces, vi que era muy fría, con la temperatura casi de un cadáver, no quice preguntar para no incomodar pero eso obviamente no era normal. No te das cuenta de las cosas hasta que las analizas bien, ella no iba al baño, ni tomaba agua, ni tampoco tenía celular, algo muy raro en una chica linda, me empecé a clavar con esta mujer muy rápido, al grado de que a las dos semanas ya la había invitado al cine pero nunca aceptó ir conmigo, eso me hizo obsesionarme más con ella. Empezó a llegar tarde, la regañaba pero cada día era mas el tiempo que llegaba después de su hora de entrada, una vez tuve que regresarla y le dije que corría el riesgo de perder el empleo por sus llegadas inpuntuales. Tuvo 3 ausencias después de eso, ya estaba prácticamente fuera de la compañía, pasando esos días se presenta muy apenada disculpándose conmigo, le dije que al final del día hablaría con ella, era todo, tenía que correrla. Cuando se fue el último empleado le dije que me apenaba la situación pero mi deber era darle las gracias, lloró tanto que sentí lástima, vi que era mi oportunidad y no dejaría pasarla por nada del mundo, le ofrecí callar sus retardos y sus faltas si estaba dispuesta a complacerme, ella me miró extrañada, aunque después de 5 segundos entendió el mensaje, pasé al sanitario y cuando había salido las persianas de la oficina estaban abajo y ella estaba sentada en mi escritorio cruzada de piernas y... desnuda, ahora que lo pienso no se como diablos hizo eso en un minuto, me acerqué a ella y no me dijo nada, solo abrió sus brazos para que fundidos en un abrazo empezáramos el acto de amor que tanto había deseado con ella. Después de esa ocasión nuestros encuentros se volvieron más frecuentes, al grado de que la oficina se volvía motel de paso 3 veces a la semana, ¿quién podría negarse al fruto prohibido de una mujer tan hermosa como Amanda? lo único que no me gustaba era el tono de su piel (pálido como muertito del Semefo) y su temperatura corporal, era como cogerse el suelo, fría como la chingada, cuando tienes sexo indudablemente te pones y pones caliente a tu pareja, ella por más excitada que la veía no podía sentir su calor femenino, por lo demás no tenía queja. Toda buena historia tiene su final pase lo que pase, Amanda me propuso que dejara a mi esposa para vivir juntos nuestro amor, la idea ya no me pareció tan buena por mis hijos, se lo hice saber y me dijo que me arrepentirá, me dijo muchas groserías, me arañó la cara, me dijo que ya no me podía separar de ella, que estaría conmigo hasta la muerte, eso me dio miedo no por las palabras sino por la expresión en su rostro, como un demonio enojado leyéndote tus últimas palabras, la tuve que correr de la empresa para que no me provocara problemas y a mi esposa le dije que una triste loca del trabajo se había obsesionado conmigo, previniendo cualquier eventualidad y en el futuro, si pasara, negarlo todo. Al otro día Amanda ya no se presentó a trabajar, pasaron los días y no tuvimos noticias de ella, un poco preocupado y extrañando esas carnes la busqué en su celular pero éste me marcaba inválido, el teléfono de su casa desconectado, su correo se regresaba y lo más escalofriante fue lo que descubrí al irla a buscar a su domicilio, un predio abandonado desde hace años según me informaron los vecinos, al preguntar por la chica con los lugareños ellos me dijeron haber conocido a una chica del mismo nombre en esa casa, jovial y alegre hasta que su papá celoso de que tuviera tantos pretendientes la mata y la descuartiza, para evitar a la ley éste la mete al refrigerador hasta que se descompone y la peste alerta a los vecinos, ella siempre fue muy fría, ahora se porqué. La he soñado bastantes veces y eso me ha provocado insomnio, en todos los sueños es lo mismo, la veo a lo lejos, me mira, me grita y se convierte en un esqueleto, ya no se que hacer, he ido a la iglesia, al psiquiatra, tomé pastillas que inhiben el sueño pero nada resulta, no se que más miedo me da, el saber que tuve sexo con un espíritu o que Amanda no se irá de mis sueños hasta desquiciarme y lograr que me suicide para que estemos juntos otra vez.

Por la Calentura

Don Fernando se había ido desde muy temprano, a sus 32 años era un tipo robusto y fornido, típico ranchero, no lo asustaba nada, “según él”, salió con su machete en la espalda tomo su bebida y agarro a su caballo, rumbo a su terreno, allí se dedico a cuidar su cultivo como todos los días, sus compadres pasaron por eso del medio día. -Hey Fernando no quieres venir a tomar, vamos a la casa de Ramiro-. No lo pensó dos veces término de comer, cerro su cerco y cabalgo con sus compadres, hasta llegar a la casa del conocido, allí agarro el chupe con amigos y conocidos, más o menos a las 3 de la tarde salió de la casa de Ramiro. Se despidió de todos y decidió cabalgar por otro camino, uno que no estaba acostumbrado a tomar, pero que era más corto, este camino pasaba por el rio, traía unas grandes ganas de hacerlo con su esposa, espoleo el caballo y avanzo más rápido, pronto llego al rio y a lo lejos para su suerte vio a su mujer lavando en el rio. Amarro a su caballo y camino hasta su mujer que estaba empapada y no había visto venir a su marido, bastaba decir que su mujer era muy bonita y más joven que él, verla con el vestido medio transparente y mojado le excito mas y aprovecho para hacerle el amor allí en el rio, lo hicieron con una pasión a la que no estaba acostumbrado, estuvo un buen rato con ella y al ver que se empezaba a hacer tarde se pusieron la ropa, le dijo a su mujer que se subiera al caballo pero esta alego que terminaría de lavar unas ultimas ropas. -Ya es algo tarde para lavar mujer ¿Además donde anda mi suegra? siempre te ayuda a lavar-, Pregunto algo confuso el hombre. -Ya va a venir, fue a ver a una comadre no va a tardar también la estoy esperando- respondido la mujer. -Bueno en ese caso si no llegas en una hora vengo por ti voy a dejar las cosas en la casa- Dijo don Fernando, no muy conforme. La mujer se quedo lavando y Don Fernando se fue a su casa muy feliz pues nunca lo había hecho así con su mujer, al llegar a la casa encontró a su suegra recostada en la hamaca. -¿Que hace aquí Doña Leonela?, ¡Mi mujer la está esperando en el rio lavando!-. La señora confusa y algo asustada, contesto -¿Lavando? Si hoy temprano fuimos a lavar al rio, para que lavar tan tarde si la ropa no se secara bien, además según yo tu mujer está aquí al lado con Martina, viendo lo de un tejido-. Fernando quedo aturdido, no podía ser si no estaba su mujer en el rio con quien había tenido relaciones, o seria que su mujer lo engaño, fue a ver si estaba al lado y se sorprendió al ver que efectivamente estaba con Martina, se sintió mal, extraño, tomo aire, pero aun así se sentía desubicado, las mujeres le atendieron, preguntando qué era lo que tenia. Fernando conto todo lo sucedido, claro que su mujer se enojo al escuchar el suceso, su marido estaba tomado y quizás lo hizo con otra mujer. Durante el transcurso de la tarde se empezó a sentir mal lentamente, no se aliviaba y tuvo que llegar su padre, al escuchar la historia de su hijo le respondió enojado que era la Mala Mujer lo que le había salido, su lujuria fue lo que le atrajo a ese ser malvado y se había aparecido en forma de su mujer en ese camino solitario. El padre le comento que algunos conocidos habían terminado teniendo relaciones con ese ser o se les había aparecido, que no le ganara el miedo a su hijo por que lo dejaría loco o se moriría. Prendieron unas velas y llamaron a un curandero para que lo aliviara pero esto no fue suficiente el hombre se sintió cada vez peor, la fiebre apareció y aumento poco a poco, los sueños de aquel encuentro lo perseguían. Al tercer día Don Fernando falleció. Nada se pudo hacer por él, al parecer el impacto fue tal, que el miedo le gano el espíritu y la Mala Mujer al final se lo llevo.

La muñeca !!!

Una niña de 6 años padecía una extraña y desconocida enfermedad. Cada hora del día, le aparecían en la piel unos sarpullidos verdosos y empezaba a escupir espuma blanca por la boca. Ante la grave situación la niña fue ingresada inmediatamente en el hospital de su ciudad donde, después de varias pruebas, los médicos consiguieron encontrar un antídoto que paliaba los síntomas. La niña estaría todavía unos días ingresada en observación para ver su evolución y sacar más conclusiones sobre la enfermedad, por lo tanto su madre se quedaba con ella cada noche para estar con su hija, que siempre que le era suministrado el antídoto pedía estar con su muñeca; su preferida… Una noche, después de ser visitada por su médico, se quedó sola en su habitación, mientras su madre hablaba con él en el pasillo, cuando su madre escuchó el murmullo de su hija, su madre, abrió la puerta y vio que la niña estaba sentada en el borde de su cama, hablando con su muñeca. La madre de la niña, muy disgustada la mandó irse a dormir, le quitó la muñeca y le cerró la puerta. esa misma noche, a su madre le tocaba velar por ella, fue a ver como estaba su hija, y encontró la muñeca de nuevo en su cama, arropada, abrazada a la niña; no se lo explicaba, volvió a coger la muñeca y se fue a dormir. A la mañana siguiente, su madre despertó oyendo el murmullo de su hija, y sintiendo curiosidad de lo que decía, se hizo la dormida y empezó a escuchar: Entonces...tengo que hacer eso, ¿para qué me cures la enfermedad? La madre no sabía que pensar, abrió los ojos y miró a su hija rápidamente, y vio de nuevo la muñeca sentada al lado suyo, no le pudo decir nada, porque en ese instante entró el médico a decir que la niña estaba curada y que la iban a dar de alta. Al cabo de unos meses, todo iba normal, hasta las costumbres de la niña. Una de las costumbres que tenía, era irse al puerto de su ciudad, y sentarse en el muelle a contemplar los peces que había en el mar. Se hizo de noche, y se levantó una fuerte tormenta. La niña seguía allí, y empezó a preocupar a su madre, esta llamó a la policía, pero al poco tiempo su madre se acordó de donde se encontraba su hija, en el muelle, fue allí corriendo y la gritó: -¡Dónde estabas¡ ¡Me tenías muy preocupada, porque me haces esto, mira que tormenta, volvamos a casa¡ Pero la niña ni se inmutaba. Su madre se acercó a su hija, la puso la mano en el hombro y la dijo: -Estas helada, por favor vas a volver a casa enseguida. Pero la niña seguía sin moverse, pero susurró: -Yo volveré a casa...pero....tu, mamá... no. Su madre la preguntó asustada: -¿Por qué? La niña volvió a susurrar: Porque vas a morir... La niña seguido de esto, cogió a su madre del brazo y la empujó al furioso mar...y se ahogó, la niña corrió hacia un bosque cercano, y allí desapareció. Al cabo de unos años unos pescadores que había allí en el puerto, pescaron con sus redes el cadáver de la madre, y uno de ellos se fijó en que el cuerpo estaba agarrando una muñeca...

Historias de terror.. Estado de Mexico.

Existen mitos y leyendas en todo el país, y no podía faltar en el Estado de México y sus municipios 1. Bolas de Fuego en el cerro La Teresona, Toluca Al norte de la ciudad de Toluca se encuentra un cerro llamado la Teresona, en el cual varias personas de la comunidad aseguran que han visto unas bolas de fuego que pueden tener alguna relación con las famosas aves de fuego de los brujos. Por lo general el fenómeno ocurre los viernes en la noche, esto se debe a que los vecinos cuentan que los practicantes de cultos satánicos se reúnen en un punto predeterminado en la ciudad para luego ir a media noche al cerro para realizar sus ritos. 2. La enfermera fantasma de Satélite De acuerdo al relato de un taxista, alrededor de las 23:00 horas, cuando tras dejar a su pasaje en Ciudad Satélite y para no toparse con el tráfico, decidió tomar un atajo y pasó frente a un hospital donde una enfermera le hizo la parada. El taxista continúa relatando que de manera nerviosa, la mujer le indió que la llevara al metro más cercano y al pasar por debajo de unos puentes, la enfermera abrió la puerta y se aventó fuera de la unidad. Ante el evento terrorífico, el conductor se detuvo, pero al momento un auto golpea por atrás su vehículo y al bajarse para ver lo sucedido, le comenta que su pasajera se había aventado, pero el segundo conductor le contesta que lo único que había visto era que la puerta se había abierto, pero que nunca salió la enfermera de la unidad. 3. El ahogado que aparece en Valle de Bravo A los alrededores del famoso lago de dicha demarcación existe una historia donde aseguran la aparición de un ente; el sujeto que se aparece es una persona que se ahogó, un pescador que iba en su lancha y nunca volvió, algunos comenzaron a especular que tal vez se lo había tragado el lago, pues algunas leyendas señalan que sus aguas suelen tragarse a los espíritus. 4. El fantasma del rancho de la condesa. El rancho de la condesa, estuvo situado en la salida del viejo pueblo de Atizapán rumbo a la ciudad de Tlalnepantla, ocupó lo que es hoy las Alamedas y Lomas de Atizapán, allí existió una casona con una gran historia, esta fue propietaria de varios personajes importantes en el pasado, se dice que en esta finca vivió una hermana de Amado Nervo y que en mas de una ocasión estuvo de visita en este rancho. Entre sus antecedentes se sabe que durante la colonia fueron tierras del “Rancho de los Delgado”, limitó con el pueblo de Calacoayan, hacienda de Santa Mónica, pueblo de Atizapán, hacienda de “El Pedregal” y rancho de San Miguel Chiluca. Funciono como rancho hasta bien entrado el siglo XX, cuando se empezaron a construir fraccionamientos como Las Alamedas, Lomas de Atizapán Etc. En el casco del rancho había caballerizas donde llegaban los arrieros que bajaban de Monte Alto jalando sus mulas o caballos cargados de madera para la construcción de casas. Este era un lugar de descanso para estos personajes que por lo regular llegaban tarde, casi oscureciendo y ahí pasaban la noche para al día siguiente proseguir con su viaje. Nos cuentan que una persona de nombre Octavio Roa Nolasco, un buen día llegó ya cansado con sus animales cargados de madera, se dispuso a dormir en las misma caballerizas, apenas había cerrado los ojos y sintió una fuerte mirada que provenía de alguien que estaba cerca de la puerta, al abrir los ojos vio un bulto blanco, con figura humana que flotaba como a 30 centímetros del suelo, sin movimiento, sentía su mirada pero no le podía ver la cara, aun cuando estaba medio alumbrado con un “quinke” (un envase de vidrio en su interior contenía petróleo y en su parte alta una mecha que se le prendía con fuego y alumbraba), Octavio no se espantó de momento, le preguntó que quien era, que quería, sin recibir respuesta el bulto blanco se fue sin hacer ningún movimiento, tomó rumbo a la puerta que estaba cerrada y salió sin abrir la puerta, solo traspasó la vieja puerta de madera. Varias veces se repitió este mismo episodio. Otro relato del mismo bulto blanco se hizo presente en esas mismas fechas, allá por los años de 1950 a 1960, en la misma época del relato anterior, cuando aun había poco trasporte de Tlalnepantla a Atizapán, una familia humilde, recién casados de apellidos González Guzmán trabajaban una pulquería ubicada a la orilla de las vías del ferrocarril que llegaba a Tlalnepantla, por lo regular cerraban el negocio entre 10:00 ú 11:00 de la noche, se trasladaban en bicicleta de carga con porta bulto a su domicilio, siempre llegaban a su hogar pasadas las 12:00 de la noche. El señor González conducía la bicicleta, la señora atrás sentada en el portabultos, en ocasiones cargaban con uno de sus hijos pequeños. En una ocasión cuando iban rumbo a Atizapán, por esa vieja carretera de doble sentido recién pavimentada (1940 y luego 1948 la repavimentada) a la altura del casco del rancho de La Condesa, alguna vez propiedad de la condesa de Miravalle de ahí el nombre del rancho, iban como siempre platicando de cómo les había ido en el negocio, cuando de repente vieron un bulto blanco con figura de humano deslizándose sobre las hierbas a la orilla del camino, vieron como se les iba encima pero antes de tocarlos se desvanecía, en otras ocasiones el bulto rodaba de sur a norte sobre un camino que había al interior de la vieja casona, siempre sin hacer ruido flotaba sobre las ramas y con rumbo a ellos, pero nunca hizo contacto con este matrimonio ya muy familiarizado con el fantasma, cada que pasaban sabían que lo encontrarían, nunca intentaron preguntarle que quería. Tiempo después vino al urbanización, primeramente se formó el fraccionamiento Jardines de Atizapán, luego las Alamedas. Cuando se construyó este último fraccionamiento metieron máquinas para derrumbar la vieja casona, un operador una máquina, metió la pala de fierro y al alzarla empezaron a salir lingotes y monedas de oro, eran como 5 barriles de los pulqueros, inteligentemente este operador de la máquina, dejó caer la pala y le quitó unos alambres a la escavadora, dijo que se había descompuesto, que llamaran a los mecánicos para que al día siguiente por la mañana las arreglaran, esa misma noche llegó el chofer de la excavadora y en animales estuvo haciendo varios viajes durante toda la noche, hasta una casa abandonada donde escondió el dinero. Desde ese día no volvió al trabajo, dejó la maquina varada y solo en algunas ocasiones se le veía llegar por las tardes a la casona abandonada, hasta que un día ya no se le vio mas. Posterior a este evento también el bulto blanco del rancho de la Condesa no se volvió a ver mas. Todo parecía indicar que el bulto blanco anunciaba la presencia del dinero en ese lugar, en esos días otro trabajador encontró una moneda de oro con fecha de 1917 revuelta entre la tierra. Dicen que cuando no les toca el dinero, el diablo anda enojado. 5. El predio del nahual en Atizapán. Sobre la calle Lic. Adolfo López Mateos, hay un predio, donde anteriormente estaba lleno de árboles, la maleza era muy tupida, prácticamente era una pequeña selva en pleno centro de Atizapán, los principales árboles eran fresnos, árboles del Perú (piru), magueyes pulqueros, flores silvestres, daba miedo meterse ahí por la gran cantidad de arañas y víboras, que ahí habitaban. Antes del año de 1970 la calle principal que va de Nicolás Romero hacia la Cd. de Tlalnepantla era de terracería, después de este año pavimentaron y se “modernizo” Atizapán, pero el predio siguió intacto, en ese lugar, en esos años se construyó la segunda escuela primaria del municipio Vicente Guerrero, la Dr. Mariano Gerardo López había sido la primera escuela con edificio propio en Atizapán, hay que recordar que anteriormente se había tenido la Primaria “Emiliano Zapata” con salones regados en el centro de Atizapán. De este predio se cuentan numerosas leyendas, como la del muerto y otras, pero la que mas se conocía era la del nahual que ahí habitaba, y que algunas personas de Barrio Norte aún recuerdan, según la persona que nos lo contó fue el ingeniero Jorge Barrera Vázquez, vecino de la colonia Barrio norte, nos dice que un hermano suyo en 1975 tenía 18 años de edad, en ese entonces trabajaba de mesero en el restaurante “La Diligencia” por el rumbo de Tlalnepantla, salía de trabajar como a las 1 ó 2 de la mañana, y llegaba a su casa ya muy entrada la madrugada, siempre llegaba a su casa de Barrio Norte acompañado de otro compañero que trabajaba en el mismo lugar, al pasar por ahí, oían como mugía un animal, era como de un toro, por lo que estaban pendientes que no fuera a salir, varias veces pasó el mismo episodio hasta que un buen día no se quedaron con la tentación y armándose de valor entraron un poco al predio, buscaron entra la maleza esperando encontrar al animal, pero no veían nada, lo mismo paso al día siguiente y en varias ocasiones hasta que en una incursión que hicieron mas adentro vieron la figura como de un perro grande como del tamaño de un toro, su color era negro, la cabeza no era de perro sino de lobo o coyote, ojos brillosos, como lumbre, mugía como un toro, las patas tenían grandes pezuñas, casi no se movía. Pero en nahual los miraba fijamente, de momento se quedaron paralizados y como si se hubieran puesto de acuerdo, dieron la vuelta y salieron despavoridos corriendo calle arriba, el animal los seguía a cierta distancia, no se acercaba ni se alejaba, los muchachos ya cansados seguían corriendo hasta que al llegar a la Iglesia de San Francisco, tal como se acercaban a la iglesia el animal se fue desvaneciendo hasta que desapareció. Pasaron varias veces después de ese episodio al salir de trabajar y solo oían los ruidos como de un animal amarrado, pero ya no se metieron a investigar, luego uno de ellos se compró su coche y ya no pasaron mas por el lugar, en esos años se construyó la primaria Vicente Guerrero, el predio donde vivía el nahual desapareció y con eso la leyenda que aun hoy en día es conocida por la gente grande que aun vive.. 6. La llorona y el charro sin cabeza. En la colonia San Martín de Porres en Calacoaya, es de todos sabido, que tradicionalmente ahí existe una gran cantidad de leyendas de cosas extrañas que pasan, nunca se ha sabido por que esta parte de lo que alguna vez fue Calacoaya, tiene la peculiaridad de este tipo de cosas raras, entra ellas la bruja de Calacoaya que es descrita en otro capítulo. Ahí hay gran cantidad de familias que ya por la noche no salen o en su defecto salen acompañados de otras personas o de plano con pistolas pues temen ver a la misma bruja o al mismo demonio. En un relato recogido por las señoras Reyna Bucio Suárez Yuliana Mayén Bucio, mencionan que tienen un cuñado al que le llamaremos “Juan”, dicen que en una ocasión llegó de trabajar como a las 2 de la mañana y que encontró a su hija “Lupita” inquieta y lloraba, trató de calmarla y salió al patio de su casa con la menor, cuando de pronto oyó un grito aterrador que decía ¡Hayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy mis hijos! Solo sintió como se le enchinaba el “cuero” y como de rayo se metió a su casa. Poco rato después como las tres de la mañana se quedó con el pendiente de lo que había escuchado y armándose de valor y con un palo en la mano, salió de su casa abrió el zaguán, grande fue su sorpresa que frente a él estaba un charro sin cabeza montado en un enorme caballo negro. Este ser vestía un traje de charro negro, lo veía con la luz mercurial que hay fuera de su casa, el enorme caballo alzaba las patas delanteras y las azotaba contra el suelo, pero no se oía el golpe en el asfalto, le brillaban los ojos con una luz entre brillante y opaca que a pesar de sus movimientos lo mirada fijamente. “Juan” oía el relinchido del caballo muy lejos, como si estuviera a kilómetros de distancia, por la nariz aventaba como humo con lumbre y se oía su respiración fuerte, se veía como aventaba vapor por la nariz y como gotas de agua, pero aunque lo tenía cerca como a dos metros, no sintió que le mojara nada, del miedo quedó como paralizado, hasta que sacando fuerzas de la nada y como pudo se metió y entró a su casa directo bajo las cobijas de su cama. Como si las cobijas me fueran a defender del diablo –mencionó Juan-, al día siguiente, quien por temor a las burlas, no contó nada a sus familiares y salió a trabajar como de costumbre, pero su mujer le dijo que que había pasado anoche, por que había muchos ruidos y que en la entrada de su casa había barrido unas estiércol de caballo y entre la arena que estaba tirada en el suelo había huellas de caballo, mismas que “Juan” vio son sorpresa, fue cuando le contó lo sucedido a su esposa, mencionó que varias veces al llegar de trabajar había visto la silueta del charro negro, pero solo de lejos, pero nunca de cerca como ese día. 7. El Árbol de la bruja. En la calle democracia cooperativismo de la colonia México Nuevo, donde llegó a vivir hace muchos años la familia Corona Cervantes, existe un árbol de Purulh de grandes dimensiones. Cuenta la señora Concha Corona que su niña pequeña lloraba diariamente por la tarde cuando iba a oscurecer y en su casa se sentía el ambiente muy pesado; ella desconocía el motivo del lloriqueo de la niña, la grado que la llevó con el doctor para que le revisara, sin encontrarle ninguna enfermedad. Hasta que un día detectó que algo se movía cerca del árbol y sintió una mirada penetrante que le hizo sentir “chinito” el cuerpo; sin quitar la vista del árbol vio una figura entre humana y pájaro: era una mujer de entre 40 y 45 años aproximadamente, vestía de negro con capa negra, de piel morena, tenía un gorro picudo y sus ojos daban destello de luz muy tenue. Lo sorprendente es que estaba sobre el árbol, pero tenía patas de pájaro con grandes uñas; allí estaba totalmente inmóvil y solo se percibía el parpadeo de sus ojos brillantes. En otra ocasión la volvió a ver, pero vestida diferente, con ropa ajustada con tirantes de color café, parada en la misma rama y con movimientos muy ligeros; Doña Concha vio como alzaba los brazos, como si fueran alas muy grandes. En otra ocasión la vio con ropa muy blanca y, antes su asombro vio como levanto el vuelo tierra arriba, hasta que desapareció en lo alto del cerro y en la oscuridad que reinaba. Se dice que esta bruja chupaba la sangre de los niños pequeños, pues cerca de ese lugar varios pequeños aparecieron muertos de la noche a la mañana; coincidentemente todos menores de 5 meses de edad, quienes amanecían destapados y totalmente blancos y sin sangre. En algunas ocasiones los niños aparecían con cuatro piquetes en el cuello, dos en la parte de arriba y dos en la parte de abajo; lo curioso es que conforme pasaban las horas estas marcas se iban desvaneciendo sin explicación alguna. A principios del 2008, los vecinos de la localidad hicieron por tirar el árbol de la bruja; mientras doña Concha compró un terreno en el jaral, donde hoy vive, pero aun recuerda esos malos momentos. 8. La Llorona en la plaza López Mateos. En Atizapán de Zaragoza hay muchas historias de las noches silenciosas y frías noches. Cuenta la señora María Elena Rodríguez Cureño, que cuando ella vivía frente a la plaza López Mateos, justo enfrente del antiguo palacio municipal, por los años 80's, siendo de madrugada, entre 2 y 4 de la mañana, refiere se sentía intranquila, con un frió en el ambiente y gran soledad, en una noche con un extraño silencio. Cuando intentaba dormir de repente oyó lamentos de mujer, como cuando duele el estómago; oyó también unos ruidos muy poco comunes, pero no les hizo caso e intentó dormir, sin éxito. En ese momento recordó que tenía alguna ropa en el tendedero, que había lavado un día antes y aprovechando su insomnio subió a la azotea para recoger la ropa; grande fue su sorpresa, cuando al voltear hacia la calle, vio en la esquina sur de la plaza a una mujer de pelo rubio, ropas blancas y un velo que dejaba una pequeña estela de luz muy tenue a su paso. El cabello largo no dejaba ver la cara de la mujer, y para cuando volvió en si María Elena' de su sorpresa, la mujer pasó frente a su casa, en la esquina de la plaza López Mateos y la calle Ayuntamiento, dio vuelta y siguió con dirección a la calzada San Mateo; vio como avanzaba lentamente, y al pasar frente a la escuela Doctor Mariano Gerardo López la imagen empezó a elevarse lentamente, hasta desaparecer en la oscuridad de la noche. Aún en estupor, María Elena bajó hasta el cuarto donde dormía y en el camino, donde hay una puerta que comunicaba a la sala, había un vidrio roto; al voltear vio una cara de un señor desconocido, con sombrero y traje de catrín, quien la miraba detrás de la puerta. María Elena pegó un gran grito, pero no dejó de correr hasta su recamara y se metió entre las cobijas; con el grito se levantaron todos en su casa, a quienes contó lo sucedido, pero no le creyeron nada. A pesar de esto, ella guarda este suceso en su memoria, como parte de ella misma. Relato de María Elena Rodríguez Cureño, del centro de Atizapán. 9. El Ferrocarril, el diablo y las brujas. Hace muchos años, un ferrocarril que viajaba de Progreso Industrial a la Ciudad de México, cruzaba por estas tierras; en él viajábamos alguna vez en vagones de tercera, pues según nos decía mi mama y mi papa, era muy caro viajar en primera clase, donde cobraban 3 centavos por pasajero. Para i9r a San Pedro nos tomaba todo el día hacer el recorrido, que incluía pasar por San Ildefonso, La Colmena, la hacienda del Pedregal, hasta llegar a la estación de Atizapán donde nos bajábamos de esas máquinas impresionantes, que al pasar por las calles de las poblaciones hacían que las casas temblaran. Cuando iban al quitar las vías del ferrocarril, le preguntamos a mi mama el porque ya no habíamos subido al tren, -para entonces mi papa había muerto-, pero ella nunca nos dijo la razón, ni a mi, ni a mis 7 hermanos. Fue hasta a finales del año de 1949, cuando mi madre presentía su muerte, que nos llamó a todos a darnos su bendición; en mi desesperación le pregunté el por qué no nos habíamos vuelto a subir al ferrocarril, y con un poco de las fuerzas que le quedaban me dijo: "la única vez que nos subimos al tren, fue aquella vez que fuimos a San Pedro, cuando comimos y pasamos a ver a un compadre cerca del río, donde nos dimos un baño y ya de regreso tomamos la última corrida que iba para México; pero al pasar por el paraje de "Suelo Duro", en dirección sur, que para entonces estaba despoblado, se empezaron a ver unas bolas luminosas que empezaron a moverse de lado a lado, como si anduvieran jugando, subían bajaban, lo mismo se acercaban y se alejaban del tren. Los señores que cobraban los boletos, dijeron a los pasajeros: 'agarren a su hijos que estas %&$&%$$ $%"/&%$ brujas y este $&&%$·%%"! diablo quieren llevárselos'; entonces todas las mamas abrazaron a sus niños, pero de repente el tren se detuvo, como si hubiera chocado con una pared, haciéndonos rodar por el piso del tren, con un saldo de varios heridos, principalmente las señoras que cubrían a sus hijos. El ruido de la locomotora indicaba que estaba la máquina encendida, pero no avanzaba, pues estaba parada totalmente y aunque el terreno era de bajada no avanzábamos; entonces el maquinista miró hacia delante del tren, a la vez que gritaba: 'este &%$"!&$ diablo ya paró la locomotora', por lo cual todos se asomaron todos por las ventanas y vieron en la parte delantera una luz roja, como fuego pero con forma de persona, que con una mano levantaba la trompa de la máquina, mientras se reía sin que se escuchara su risa. Sin saber cuanto tiempo duró este mal momento, que se hizo eterno, varios niños desaparecieron. Luego se oyó fuerte golpe en la parte delantera del ferrocarril y seguimos avanzado; todo parece indicar que el diablo soltó la locomotora y avanzamos hasta llegar a la estación del Pedregal y de allí a Atizapán. Este episodio, según el "Fogonero", había pasado varias veces y por eso mi mamá no se volvió a subir al tren, finalmente mi mamá murió días después. 10. EL CHARRO NEGRO Y LA MUJER DE NEGRO. En las faldas del cerro del Atlaco, donde hoy se asientan las comunidades de Las Colonias y Ahuehuetes, además del fraccionamiento Real de Atizapán, en tiempos de la Conquista existía una asentamiento otomí denominado Teocalhueyacan, donde según cuenta la historia se dio asilo a Hernán Cortés luego de la “Noche Triste”. Al occidente de ese cerro se fundó la primer colonia de Atizapán, entre 1924 y 195, llamada en sus inicios Colonia Benito Juárez, hoy conocida simplemente como Las Colonias; junto a esta comunidad se localizaba un gran terreno, de unas ocho hectáreas de superficie aproximada, donde funcionaron por muchos años unos campos deportivos conocidos como “El Sauzalito”. Este gran predio estaba delimitado por un camino de herradura o tierra, el cual fue pavimentado durante el gobierno de don Manuel Yáñez Velázquez, para unir el pueblo de Atizapán con Las Arboledas. En esa época existía el Rancho de la Renta, ubicado al oriente de Las Colonias, donde todo era sembradíos y magueyales, que servían de escenografía a las escasas casas de los colonos, cuyos hijos aprovechaban las enormes extensiones de tierra para jugar a sus anchas. Un día, un grupo de niños estaban jugando cerca de un pozo de agua, donde vieron al oscurecer a una mujer elegantemente vestida, con ropas de color negro, que usaba guantes, y un velo que le tapaba la cara; cuentan que ella les hacía señas para que se le acercaran e incluso escucharon su voz dulce. Asustados, ellos corrieron a su casa y se metieron debajo de las cobijas, pues se dieron cuenta que la mujer se movía lentamente, sin pisar el piso, literalmente flotando; y aunque nunca supieron que paso con ella jamás más volvieron a verla. Años después, los habitantes de Las Colonias fueron testigos de la presencia de un jinete y su caballo que siempre aparecía en esos terrenos al oscurecer: montaba un caballo negro, el cual tenía un relinchido inconfundible. Este personaje vestía de negro, sombrero también oscuro, pero brillante; la cara pintada de colores, pero los ojos le brillaban en la oscuridad de la noche. Cuentan que el Charro Negro correteaba a quien cruzaba por estos terrenos; incluso un día un grupo de niños lo vieron y se escondieron entre los magueyes, escuchando las pisadas de las herraduras del corcel, las cuales se desvanecían hasta quedar en silencio. Los pobladores aseguran haber visto al jinete y su caballo salir de alguna de las cuevas que se encontraban en los cerros, para recorrer las tierras hasta que la noche ya no permitía verlo. Relato de José Valle Tenorio, colonia El Potrero. Atizapán de Zaragoza México 11. El puente Lechería Chamapa, Atizapán. La construcción de este puente es relativamente nuevo, es parte de la pista concesionada Lechería-Chamapa, por la parte sur va rumbo a Toluca y por el lado norte a Querétaro, tiene varios puentes intervecinales, pero el más largo, grande y alto se encuentra en la carretera Atizapán Nicolás Romero, a la altura del paraje “El Túnel”, en la parte norte el puente esta asentado en la Colonia Lic. Adolfo López Mateos, es una zona minada donde se extrajo gran cantidad de tepetate y arenilla desde finales del siglo XIX y hasta muy entrado el siglo XX. Hay una leyenda entre la gente del lugar cuando se construyó este puente, la versión dice que se dificultó mucho su edificación, siempre por una u otra cosa se “atoraba” levantarlo, el ingeniero calculaba la altura, lo largo, los cimientos etcétera, sabía la ubicación de la falla geológica que corre a lo largo de ese punto rumbo a la municipalidad de Naucalpan, conocía bien la zona minada del lado norte del puente, todo estaba calculado, pero no encontraba la explicación de “el porque no quedaba el puente” por mas esfuerzos que hacía siempre había algo fallaba. Un buen día se le apareció un hombre no muy viejo, vestido con un traje negro, aparentemente era una persona normal, lo llamó y estuvo platicando con él, le dijo que el puente jamás quedaría bien, el ingeniero dijo que por que razón; “simple y sencillamente por que soy el diablo yo no quiero”, el ingeniero no le creyó, pero al ver que no quedaba el puente, optó por seguirle la corriente a esa persona, le preguntó que era lo que quería, como respuesta le dijo que una gran cantidad de almas, el ingeniero estuvo de acuerdo, pero que si no cumplía sería él quien sufriría las consecuencias, con la duda le preguntó al diablo que como le haría para conseguir las almas, “este” le dijo que trajera trabajadores del interior de la republica, que no tuviera quien preguntara por ellos, y debería enterrarlos entre los postes y los bloques de cemento. Siguieron trabajando, terminaron la obra y el ingeniero hizo caso omiso del trato con el diablo. Concluida la obra el ingeniero no se acordaba del pacto con el diablo, hasta que en esos días se le volvió a aparecer “ese hombre desconocido” y le recordó el trato que habían hecho, solo que como respuesta recibió insultos, lo corrió y le dijo; “el diablo no existe”, aquel hombre sin comentarios o enojo se fue. Terminada la pista lechería chamapa, al ingeniero civil le sucedieron cosas raras como quedarse sin trabajo y le iniciaron una serie de problemas de salud. Le “cayó” una enfermedad que lo dejó paralítico y con cierto grado de demencia, se menciona que no reconoce a nadie y esta irreconocible de lo que antes fue, según la leyenda por no haber tomado muy enserio lo de su pacto con el diablo. (Relato del dominio popular) 12. El diablo ronda la presa Madín Hacia 1964 se realizan las primeras gestiones para la construcción de la presa Madín en los límites de Atizapán de Zaragoza y Naucalpan de Juárez, pero no es hasta 1972 y 73 cuando se inician los primeros trazos de la misma presa, se termina en 1975, de este modo aparecen los pueblos: “Viejo Madín” y El “Nuevo Madín”. Según la leyenda recogida y del dominio popular, nos cuentan que durante su construcción la presa no quedaba, siempre por cualquier cosa habían fallas o se trababa el avance de la construcción de la presa, según los planos no debería haber errores en su elaboración, los mismos ingenieros no se explicaban por que el atraso en el trabajo. La leyenda dice que en una ocasión el diablo se le apareció al ingeniero encargado de la obra, su apariencia era como cualquier persona, su vestimenta de charro de color negro quien le mencionó que la presa no quedaría hasta que no le entregara dos mil almas para que la presa quedara totalmente construida, como no cabrían las dos mil, el diablo le dijo al ingeniero que metiera las que pudiera y que él cobraría las demás por su cuenta. Según nos cuentan el ingeniero mandó traer trabajadores de otros lugares, sobre todo del interior de la república que recién llagados, buscaban trabajo y algunos centroamericanos que iban de paso a los Estados Unidos, todos ellos sin familiares cercanos a modo que no preguntaran por ellos a modo que su desaparición nadie preguntara por ellos y no hubiera problemas judiciales, El responsable de la obra tomó a varios de ellos y los metieron dentro del concreto de la cortina de la presa, quedando bien sellada y sin posibilidad de que se dieran cuenta de los enterrados. De esta manera se terminó la obra en 1975 quedando sin quebraduras o sin desperfectos. Como había que cobrar las dos mil almas, que pidió el diablo, se dice que por las noches el diablo recorre las aguas de la presa de arriba abajo, la mayoría de las veces con su traje de charro negro y un gran caballo también negro, flotando sobres las aguas en busca de almas. El diablo sale de una cueva que esta pegada mas al pueblo de Calacoaya y sin ruidos montado en su gran caballo negro llega hasta la presa; es mas, en ocasiones se la ha visto caminando y flotando sobre las aguas, según los testigos entre ellos el Sr Don Pedro Tovar Torres (q.e.p.d) vecino de Rancho Blanco. A la fecha nadie le ha visto la cara a este personaje que va en busca de las almas de los que ahí se han ahogado y que deberán ser dos mil, según el pacto entre el diablo y el ingeniero, lo cual explica porqué hay bastantes ahogados en la mencionada presa. (Relato de Ricardo Cruz Bermúdez, con una historia de don Pedro Tovar Torres (qepd) 14. El Diablo de Fuentes de Satelite. En los límites de Rancho Castro y Lomas Verdes, entre Cuidad Satélite y Santa Cruz del Monte, se construyó el fraccionamiento Fuentes de Satélite, el cual colinda con la presa Madín, construido por la fraccionadora Austroplan de México. Mis hermanos y yo trabajamos en la construcción del fraccionamiento, desde la primera hasta la última casa, por 9 años consecutivos, desde 1975 hasta 1984. Mis hermanos Dionisio, Marcelino, Feliciano y yo Francisco Plascencia Leonardo nos dedicábamos al armado de varilla de la estructura de las casas. Una mañana teníamos que trabajar muy temprano, porque tenía que quedar terminada la varilla para recibir el concreto para echar la losa de una casa; pero nos causó extrañeza que al ir a la bodega para sacar la herramienta de trabajo, el bodeguero no se encontraba, por lo cual lo esperamos hasta que salió el sol; fue entonces que lo vimos venir de lejos, acompañado de sus perros, todos muy asustados. El bodeguero estaba pálido y sin poder hablar, cabe señalar que para entonces todavía no existía la presa de Madín, y cuando se acercó le preguntamos que en dónde andaba; a lo que nos contestó que había tenido que salir porque antes del amanecer le tocaron la puerta de la bodega y al abrirla los perros empezaron aullar y vio a un hombre vestido de charro color negro y montado en un caballo del mismo color. Al preguntarle el bodeguero al hombre aquel que deseaba, el charro le contestó "que se fuera de ese lugar porque esos eran su dominios y su territorio y que no quería que lo molestara nadie". El bodeguero le dijo: "¿quién es usted? Como respuesta el charro le dijo: "mira quien soy"; el charro se levantó el pantalón y le enseñó que no tenía pie de humano, sino una pata de muía. Luego, el charro se montó en su caballo y se fue, mientras los perros se quedaron aullando. Desde ese día el trabajador no se volvió a quedar a dormir en la bodega. Cuando llegábamos a trabajar todos los días, lo encontrábamos lejos de la bodega; los contratistas nunca le creyeron esta historia y nosotros seguimos trabajando durante 9 años, con el temor de lo que nos había dicho. NUEVOS RELATOS! UN APARECIDO EN EL LAGO (Leyenda de Valle de Bravo, EdoMex) Aquí en Valle hace muchos años se habló mucho de un aparecido en el lago. Hasta se hizo noticia porque en aquel tiempo salió en los periódicos, pero ya ve que una luego no tiene la precaución de guardar las cosas y por eso las cosas se olvidan, ¿verdad? Pero hay gente que todavía cuenta esa leyenda del aparecido –explica doña Guillermina Velázquez, una artesana que tiene su puesto en el mercado. Nunca se supo si fue un ahogado o qué, pero esto que le cuento ocurrió hace muchísimos años, mucho antes de que todo esto creciera y fuera el pueblo tan turístico que ahora es. Mire, en aquel tiempo apenas llegaban unos camiones de pasajeros, con poquita gente de aquí que iba a Toluca a arreglar asuntos; el camión se paraba en la plaza, ahí frente a la catedral, y había poquitos comercios. Valle era un pueblito de pescadores, sin hoteles ni restaurantes y Avándaro no era nada; nadie venía a Avándaro. Entonces la leyenda de ese aparecido parece que tiene que ver con los pescadores. Es que hace muchos años una tarde se perdió una lancha y nunca se volvió a saber de ella ni del pescador. Quién sabe si se habrá hundido o a lo mejor se la tragó el lago –dicen que el lago también se traga a los espíritus. Ésa fue la historia real de hace muchos años, pero ya cuando empezó esa plática del aparecido en el lago, y que salió en los periódicos porque mucha gente lo vio, entonces hubo gente que dijo que era el ánima del pescador que andaba todavía en pena y que se aparecía porque quería que lo sacaran y le dieran cristiana sepultura en el panteón. Pero ya le digo, esa plática se fue acabando, ahora hay mucha gente nueva que ha llegado y ellos no saben de eso, y si alguno que anda en el lago en la noche y ve algo extraño, de seguro no piensa que pueda ser esa aparición del pescador ahogado porque ahora hay mucho ruido y muchas lanchas ahí andan paseando en la noche.

Las apariciones de mi prima!!!

Hace 4 años una prima se suicido (solo tenía 14 años) ese echo pues afecto mucho a la familia ya que ella era una niña muy alegre y llevaba una buena relación con todos y al ser la consentida de mis tios pues... bueno lo que intento decir es que a ella la cremaron y mi tia mantiene las cenizas en un pequeño altar con veladoras y todos los dias mi tia le hablaba como si estuviera platicando con mi prima; como al mes del incidente mi tia estaba barriendo el patio trasero de su casa y alcanzó a escuchar un silvido, el mismo chiflido que hacia mi prima para avisar que habia llegado a la casa o para llamar la atencion y dice mi tia que sientió algo extraño entonces corrió al pequeño altar donde estan las cenizas de mi prima y cuando llego la veladora empezó a acabarse y se apagó asi que mi tia la remplazó por una nueva, ella me dijo que van como 3 veces que le sucede eso de escuchar el silvido cuando las veladoras estan por acabarse y aparte los vecinos le han dicho que a veces ellos creen verla de reojo caminando en el patio y cuando vuelven la vista no es nada en realidad pero el echo de que los vecinos de ambos lados de la casa de mi tia crean que la hayan visto pues ya es para tomarse en cuenta... yo he ido a la casa de mi tia y la verdad no he visto, oido o sentido nada extraño pero el echo es que mi tia cree que su hija todavía se comunica con ella... Pues por el momento es todo espero que sea de su agrado este pequeño relato y estaré al pendiente para ver si mi tia ha tenido nuevos encuentros... Saludos!!!

Suerte que no encendiste la luz

Una chica llega a altas horas de la noche a la residencia de estudiantes donde vive, se ha quedado hasta tarde con unas amigas y cuando llega a dormir son más de las tres. Entra en la habitación tratando de no hacer ruido para no despertar a su compañera de cuarto, tampoco enciende la luz para no molestarla por lo que tiene que avanzar a oscuras empleando solo la luz de tu teléfono móvil para no golpearse con los muebles. Cuando se mete en la cama empieza a oír unos quejidos ahogados, la chica se queda en silencio para escuchar mejor. El sonido es como pequeños grititos ahogados o quejidos sin fuerza. Se imagina que su compañera se habrá traído a su novio al cuarto y estarán teniendo una noche apasionada, le sorprende que no colgara una prenda de ropa en la puerta como acostumbran a hacer como señal de que tienen “visitas”. Pero está demasiado cansada para levantarse y buscar otro sitio donde dormir. Sin darse cuenta cae en un profundo sueño entre lamentos y quejidos. A la mañana siguiente se despierta sintiendo una humedad en su cama, aún medio dormida lleva su mano al líquido que empapa la manta y pega un salto tras comprobar que es sangre. Sobre su colcha la cabeza cortada de su amiga con un pañuelo en la boca que le sirvió de mordaza la noche pasada. La habitación parece un matadero, todo está ensangrentado y en la pared escrito con la sangre de su amiga se podía leer: “Suerte que no encendiste la luz” Al llegar el forense dictaminó que la chica llevaba pocas horas muerta, al parecer el asesino la había estado torturando toda la noche a escasos metros de la cama donde descansaba. Los quejidos eran gritos de dolor que quedaban ahogados por la mordaza mientras el psicópata despellejaba y mutilaba viva a la víctima. Sin saberlo la chica había salvado su vida al no encender la luz y sorprender al asesino en mitad del crimen.

El extraño caso de Hugh Williams

Corría el año 1665 cuando Hugh Williams embarcó en el puerto junto con 82 personas más. En ese momento, nada indicaba que aquel robusto barco fuera a naufragar tal y como ocurriría pocos días después, exactamente el 5 de Diciembre frente a las costas de Gales, en el Estrecho de Menai. De aquella catástrofe de tales dimensiones, sorprende que hubo un superviviente. Él y por si este hecho no fuera asombroso ya de por sí, adelantare que este suceso se repetiría años después, tratándose de una de las coincidencias más raras jamás registradas, que implica a tres barcos que se hundieron exactamente en el mismo lugar, día y mes. 121 años después, el 5 de Diciembre de 1786, la casualidad quiso que se hundiera otro navío en el que perecieron setenta almas, excepto la de un pasajero llamado Hugh Williams, por supuesto en el mismo lugar que el primero, frente a la costa de Gales y el Estrecho de Menai. Dos buques que se hunden en la misma zona y el mismo día del mes y en los que hay un único superviviente con el mismo nombre y apellido, no me negareis que es un poco fantasmagórico, pero si además añadimos que la historia no termina ahí, comienza a erizársenos el vello. De nuevo un 5 de Diciembre, en el año 1860 otro barco correría la misma suerte al aproximarse a las costas de Gales, naufragando en el Estrecho de Menai, donde sorprendentemente hubo un único superviviente de un total de 25 a bordo y como ya estaréis imaginando, este hombre se llamaba Hugh Williams. En naufragios no es nada común que un solo pasajero llegue a sobrevivir, y en esta historia verídica tres veces logró hacerlo. Obviamente, la lógica nos dice que no podía tratarse de la misma persona porque habría tenido más de 250 años ¿Era Hugh Williams un viajero del tiempo? o ¿el nombre de Hugh Williams puede atraer la mala suerte sobre aquellos que le rodean? Un viaje a través del tiempo es un concepto de desplazamiento hacia adelante o atrás en diferentes puntos del tiempo, así como lo hacemos en el espacio. Es innegable que todos viajamos en el tiempo. Por ejemplo, durante los últimos doce meses, nos hemos movido un año adelante en el tiempo o lo que es lo mismo, hemos viajado en el tiempo a la velocidad de 1 hora por hora. La pregunta sería: ¿podemos viajar en el tiempo a mayor o menor velocidad de 1 hora por hora? o ¿podemos viajar atrás en el tiempo retrocediendo, digamos, 2 horas por hora? ¿o 30 o 100 años por hora? El eminente astrofísico Stephen Hawking cree que viajar en el tiempo es posible y que podría suponer la salvación futura de la humanidad. Su afirmación, basada en la Teoría de la Relatividad de Einstein, ha recibido recientemente apoyo experimental desde el LHC (Gran Colisionador deHadrones). Hawking cree que a lo largo de seis años, una nave que transportara a humanos podría acelerar hasta el 98% de la velocidad de la luz. A esa velocidad, cada día transcurrido en la nave supondría un año en la Tierra. De este modo, una vez que la Tierra se volviese inhóspita por nuestra acción, los humanos que viajasen en esa nave podrían regresar a repoblar nuestro planeta muchos años más tarde. (Cada año en el espacio supondría 365 años en la Tierra). La posibilidad de viajar en el tiempo plantea muchas paradojas, además la ciencia habla ahora de túneles entre agujeros negros y de gusano que doblan el espacio-tiempo, creando zonas curvadas, y cuando hay curvaturas hay posibilidades de otros caminos que rompen las estructuras conocidas de viajes en líneas aparentemente rectas pero que en realidad son curvadas por el espacio-tiempo. Volviendo a lo que nos ocupa, si Hugh Williams fue un hombre que venció la barrera del espacio- tiempo, una posible reencarnación, o sólo una increíble coincidencia… ya queda en cada uno de nosotros creer en una cosa u otra.

El frances

Si algún dia visitas el pueblo de Epatlán, Puebla, y preguntas a la gente por el francés, la gran mayoria de la gente te dirá que no sabe nada, y lo dirá sinceramente. Sin embargo, con los mas ancianos, notará siempre nerviosismo, y cambiaran el tema rápidamente. Muchos de ellos lo conocen, pero tienen sobradas razones para no hablar de el. Es gracias al francés que, en Epatlán, la gente no le teme tanto a la muerte como en otros lugares. Si tienes suerte –aunque suerte no es precisamente la palabra puede llegar a verlo en la calle. La piel de los brazos esta terriblemente quemada, su cuello, ladeado de una forma casi imposible. Es delgado y terriblemente viejo, lo cual es notorio en su lentísimo andar, ayudado por un elegante baston con pomo de oro, y que lleva el escudo de armas del ejército napoleónico, que apenas puede sostener en sus nudosas manos. Viste con harapos y respira pesadamente, como si el dar unos pasos le resultara agotador, y de vez en cuando escupe una masa sanguinolenta. Los ancianos que lo ven, se persignan apresuradamente, y muchas son las ancianas que, piadosamente y con la mejor buena voluntad del mundo le desean una pronta muerte. De creer lo poco que sabemos de el, llegó como un joven impetuoso y gallardo a tierras mexicanas, bajo las órdenes de Lorenzes, en 1862. Fue en Veracruz en donde escuchó por primera vez del brujo del puerto, que se decía era tan poderoso, que podía hacer a la gente inmortal. Empujado por ese deseo, se dio a la tarea de buscarlo, hasta que dio con su cabaña. Como buen soldado conquistador, su postura no fue humilde. Pistola en mano, le puso el cañón en la frente, exigiéndole que le confesara el secreto, si no quería pagarlo con su vida. Aunque amenazado, el viejo sonrió, enseñándole sus tres únicos dientes. Yo puedo hacerlo, pero entiende, que no va a haber vuelta atrás. Aquí la historia se vuelve algo confusa. Nadie sabe exactamente en que consistió el rito, o que fue lo que pasó, pero le hombre salió de ahí convencido de que había alcanzado la inmortalidad. Eso le dio un valor de combate que alarmó incluso a sus compañeros, que lo veían lanzarse al frente sin ningún temor. Pero fue hasta Puebla que las cosas cambiaron. Todos sus compañeros de regimiento lo vieron: el indígena zacapoaxtla tomó el machete y se lo hundió en el pecho, destrozándoselo por completo. El soldado fue llevado de urgencia con el medico, que prácticamente solo esperaba verlo morir… Pero en vez de ello, pudo contemplarlo como gritaba de agonía, resistiendo los dolores, mientras el corazón latía dificultosamente a pesar de estar abierto, y el aire silbaba claramente al atravesar los dañados pulmones. Sus compañeros estaban aterrorizados, y mas de uno mencionó al demonio al ver al hombre sanar lentamente, pero con todo el dolor que eso significaba. A pesar de su recuperación, el pecho le dolía tremendamente y tenía dificultades para respirar, por lo que se le dio de baja por motivos de salud. Se instaló en una pequeña villa en la ciudad de Puebla, y se la ingenió para permanecer ahí aun cuando los ejércitos fueron expulsados de México. El pecho aun le dolía de vez en cuando, ero la sensación era menos cada día, por lo que el casi juraba que se sentiría mejor. Cuando llegó a México, el soldado estaba apenas a la mitad de sus veintes, por lo que, según avanzaba el tiempo, comenzó a verse preocupado. Al cumplir los treintas, se veía de esa edad, lo que significaba que estaba envejeciendo. La experiencia del machete le dio seguridad de su inmortalidad, por lo que su primera idea es que seguiría cambiando hasta llegar al límite de su fuerza, en donde eventualmente se detendría. El hombre comenzó a hacerse cargo de negocios, e incluso se casó bien. Al llegar a los cuarentas empezó a ver las primeras cana, y su resistencia física, a pesar de haber llevado una vida militar, iba disminuyendo lentamente. Fue al llegar al fin de siglo, que se dio cuenta: estaba por llegar a los sesenta años, y los aparentaba perfectamente. Fue una mañana de 1901 cuando cayó en cuenta. El brujo habló de hacerlo inmortal, pero no se mencionó nada de la eterna juventud. En 1905 contrajo tuberculosis, seguramente por el mal estado de sus pulmones. La tos era terrible, y en varias ocasiones llegaba a escupir sangre. Los médicos que lo examinaron, no le dieron mas que unos cinco años de vida. Desafortunadamente ignoraban lo que el destino le tenía deparado. Cuando tuvo que salir de la ciudad en 1910, para refugiarse en Campeche, no podía dar un par de pasos sin sentir que se quemaba por dentro. Para 1912 cumplía los ochenta y seis años, y fue cuando se presentaron los primeros síntomas de artritis. Es cuando vuelve a Puebla, a prepara su testamento, y compra una hacienda en Epatlán, donde se retiraría definitivamente. El dolor de las articulaciones era insoportable, y su dificultoso respirar resultaba horrible para quienes lo escuchaban. Pues incluso a cierta distancia se escuchaba el silbante pase del aire entre los dañados pulmones. Sus esposa, mucho mas joven que el, murió en 1921, y dado que sus hijos se fueron a vivir a la Ciudad de México, él se quedó completamente solo. Él tendría a la sazón poco mas de 100 años. E incluso el menor esfuerzo le era imposible. Desesperado, decidió atar una cuerda a las vigas del techo, y saltar con ella al cuello del borde de la cama. Lo encontraron dos días después, aún pataleando, y con el cuello roto. Dado que lo bajaron aun con vida, sus vecinos creyeron que el intento había sido reciente, por lo que ignoraron lo que era permanecer dos días colgando, con fractura en el cuello, sin poder respirar…pero sin poder morir. Los médicos estaban desconcertados, pero hicieron lo posible por mantener el cuello alineado, hasta que se recuperó después de cerca de dos años de estar inmovilizado, pues con mas de 100 años el cuerpo se recupera con mucha mayor lentitud. Fue en 1945 cuando su desesperación llegó al límite, y prendió fuego a su hacienda. La gente llegó sólo para ver cómo las paredes se derribaban presa de las llamas, y cuando el fuego se apagó nadie reparó en el amasijo de piel calcinada que se arrastraba trabajosamente fuera de los escombros. La piel le ardía terriblemente, y el mínimo roce le causaba un tremendo dolor, pero no murió. Fue hasta 1977 que sus heridas se recuperaron lo suficiente como para volver a Epatlán, ahora como un mendigo. Los 30 años de ayuno lo tenían en lo huesos, y tenía que arrastrarse para moverse. Unas tortillas duras que una buena samaritana le dio constituyó su primera comida desde hacía 3 décadas. Actualmente, nadie sabe dónde vive, y sólo se le ve mendigar por las calles de vez en cuando. Nadie recuerda su nombre, quizá ni siquiera el y las quemada y los andrajos no permiten identificarlo. Solo un elemento hace posible reconocerlo: el bastón que se le obsequiara cuando fe dado de baja con honores, hace ya mas de 150 años.

La maldición de la no nacida

Cuando desperté, ya la había perdido. Lloré como nunca y contemplé mi hinchado vientre, pero ya no porque estuviera ella ahí, solo por la inflamación que produjo la salida prematura de su pequeño e indefenso cuerpo. Al verla en ese recipiente, inerte y fría mi corazón cayó en mil pedazos. Tomé su fría y ensangrentada manita y la besé, no me importó que la sangre dibujara una mancha macabra alrededor de mi boca. Dejarla ir fue doloroso, pero mas lo fue quedarme sentada en esa pútrida sala de velación, observé el pequeño féretro blanco que se llevaba la luz de mis ojos: Mi hija. Después del entierro me aislé, nunca volví a sonreír pues mis fuerzas habían muerto con ella y mis ganas de vivir están enterradas en el camposanto. Ya no me queda nada… ¡¡Es un milagro!! Ayer vi a mi hija, sentada en la alfombra de su habitación, sabía que había un error y que ella estaba viva. Ha pasado 1 año y por fin tengo de vuelta a mi hija. Mi marido parece no querer reconocerla, dice que estoy consternada por la muerte de nuestra hija. ¡Pero ella está allí!, juego ahora mismo con ella ¿Por qué no quiere verla? ¡Mira! ¡Aquí está! ¡La estoy cargando en brazos!. Esta bien, vete hombre malo. Los días pasan y mi hija crece y crece, nadie quiere verla, pero yo la tengo aquí en mis brazos, sentada en la mecedora le arrullo. Envuelta en esta cobija roja está ella; mis padres, mi marido, mis amigos, todos dicen que esto me afecta, que no quiero dejarla ir, ¿Y como dejarla ir si ella está aquí conmigo?. He discutido con mi marido, dice que si no dejo este jueguito me internará en un manicomio, ¿Cuál juego? Solo cuido que mi hija, quien duerme ahora, no sea arrebatada de mis manos una vez más, ¿acaso estoy haciendo mal?. Ya nadie quiere estar cerca de mí, abandoné mi trabajo, dejé de salir con mis amigos, ya nada me importa salvo estar con mi hija. Me encanta jugar con ella, sentir sus diminutas, y a veces frías manitas en mi cuerpo. Ella lo es todo. ¡Hoy mi hija se puso de pie!, está a punto de caminar, aunque mi marido se haga el tonto y afirme no verla, yo sé que está ahí, paradita, ¡que linda! Mi hija está creciendo. Ya camina, y le hace travesuras a mi marido, lo asusta parándose detrás de él y reflejándose en el espejo, le esconde el control remoto de la televisión y le balbucea en el oído cuando duerme, me encanta ver como se sobresalta. Esas son las pruebas de que ella está aquí, ya la escuchó y la vió, pero insiste en decir que es solo una fantasía. Yo no sé porque lo niega si esa niña tan hermosa y traviesa está aquí con nosotros. Hoy he tratado de llevarla afuera, pero al abrir la puerta y tratar de sacarla la luz del sol pareció lastimarle, gritó y se escondió detrás de mi. No dejó de dar alaridos hasta que cerré la puerta, entonces ella rompió a llorar. La cargupe en brazos y la llevé a su habitación, tardé en hacer que se calmara pero por fin logré que se durmiera, ¿Por qué habrá reaccionado de esa manera? Estoy tan confundida… Por fin todos se dieron cuenta de la existencia de mi hija, mis padres han oído su llanto, pero al subir dijeron que no había nada. ¡Pero si la han escuchado!, mi madre entró al baño y pegó un tremendo grito, salió llorando, dijo haber visto a mi hija ensangrentada a través del espejo, subí corriendo temiendo que se hubiera lastimado, pero estaba bien, dormida en su camita. Tan bella mi hija. ¡Estoy harta!, ya me cansé de que me tiren de loca y se nieguen a aceptar que mi hija esta aquí. ¡Que se vayan al diablo!. Eché a mi marido de la casa, pues sus gritos ofensivos hacia mi han hecho llorar a mi hija, lo eché y cuando salía del arrojé una maceta que se partió en mi pedazos al estrellarse contra su cabeza, cayó inconsciente. Mi hija se subió a su cuerpo inerte y como es tan inocente y no sabe lo que hace, le sacó los ojos. Claro que la perdoné, es solo una niña. Amenacé a mis padres que no regresaran, pero lo hicieron. Cuando llegaron entraron a la habitación de mi hija con tal escándalo que la despertaron y le hicieron enojar, pagaron muy alto el precio: mi padre terminó con le cuello roto y a mi madre le arrancó la lengua, murió desangrada. La perdoné, porque ellos al hicieron enojar. Ahora estamos solas mi hija y yo, nos aves que vida tan feliz llevamos ella y yo, pronto entrará al kínder y me hace la madre mas orgullosa, solo espero que no le hagan enojar o ella se desquitará, como cualquier otro niño. Ahora estás aquí, has seguido nuestros pasos, me has ayudado a cuidar a mi hija y tanto tu como yo sabemos que es real. Sé que la ves, ahí dormida. Gracias por cuidarnos, ahora debo continuar yo sola, pero te buscaré para que asistas a su graduación de kínder, de primaria, de secundaria, a su boda, el bautizo de sus hijos… Gracias por todo, puedes irte… ¡¡SHH!! No hagas ruido, mi hija duerme.

Lo que me conto el abuelo

El dia de ayer pues llegue del trabajo y me sente con mi abuelo ps aque me contara las cosas sobrenaturales que el vivio o que le contaron, bueno pero esta vez fue diferente... el es cristiano o pentecostes como quieran llamarle... El y mi abuela son muy dedicados a DIOS me cuenta mi abuelo que el era alcoholico y que su matrimonio estaba apunto de explotar pero ahi oyo de Dios y ps cambio su vida... Bueno sigamos estabamos hablando de demonios del diablio y todo eso y el me platico una historia q la verdad me dio tanto miedo que ps no queria ni subir a mi casa jeje es que la neta esta muy fuerte... El me conto q un dia regresando del servicio de su iglesia, llegaron ala casa y de repente entraron y vieron a una señora conocida de ellos, aclaro teniamos un perro que se llamaba boby(pit bull) era bravo q si un extraño entraba ala casa ps ya saben como es esa raza de perros, pero o casualidad el estaba en el patio trasero escondido llorando o bueno algo así, mis abuelos se extrañaron, la saludaron y mi abuelo me dijo que el olio algo raro en ella como si oliera a azufre algo asi, y el se dio cuenta de que ella ps estaba poseída, de repente ella hablo y dijo que que bonito se veía el mar que quería ir a nadar allá, ellos se extrañaron por lo que dijo, mi abuela que se había dado cuenta le respondió no a ella sino al ser que la poseía que en un rato mas se iba ir al mar... De repente la señora se levanto queriéndose ir pero mis abuelos la detuvieron y aquí empieza lo mas digamos increíble me dice mi abuelo que tenia una fuerza descomunal, (mi abuelo mide como 1.86 y es robusto) pero el me dice que ella lo dominaba, la lograron sujetar y ella se calmo tons llamaron al pastor de su iglesia, el llego y ahí empezó la lucha( eso me dijo mi abuelo) me dicen que ella se revolcaba gemía gritaba cambiaba de voces tantas veces quería, se reia, hacia burlas me dice mi abuelo que paso la noche y siempre la vigilaban, cierta noche le toco a mi abuelo, el me dice q estando ella dormida el estaba al lado de ella sentado el vio como las cosas se empezaron a levantar, las mesas la silla e incluso ella empezo a elevarse, y las cosas emezaron a azotarse contra las paredes, mi abuelo empezo a orar y todo se calmo, el me decia que ella le hablaba y les pedia agua pero ellos no le daban pq segun eso buscan los demonios pq quieren refrescarse algo asi, la cuestion esta que duraron una semana asi, con eventos sobrenaturales, ellos en constante ayuno (no comieron en toda la semana) y oracion(pidiendole a Dios por esta persona que sea liberada) al fin lo consiguieron y de repente le aplicaron aceite ( el aceite es muy simbolico, y ella o el demonio q estaba adentro empezo a gritar Me quemo!!! en varios idiomas y voces, y le ordenaron salir, pero el decia que no pq lo iban a castigar pq no cumplio el trabajo, y decia que no era uno sino 7 demonios, el pastor con voz de autoridad le dijo que saliera en el nombre de Dios, los demonios gritaron y dijeron que todo lo que hacian era un trabajo que ellos fueron enviados por 2 brujos, pq la amante del esposo de esta señoria le habia hecho brujeria a ella, la cuestion era matarla (osea que ella se suicidaria, pero ps los humanos decimos ay se suicido pero no sabemos quien realmente esta detras de los suicidios creo yo que ninguna persona en su juicio caval lo haria si no ay alguien mas que lo impulsa a hacerlo eso creo yo) ps resulta que confesaron todo y en ese momento salieron, ella quedo libre!! esa fue la historia amigos fue verdad creanme, no lo hago con motivos religiosos, creo que cada quien tiene sus creencias y yo los respeto, pero creanme esto para mi fue una experiencia ps digamos fea, pq aqui con escribir no puedo expresarlo tan bien, pero cuando mi abuelo me lo contaba y me señalaba en dond ocurrieron los hechos wow!! yo me imaginaba todo lo que paso y no es nada agradable ahora imaginense ellos que estuvieron ahi presentes, mi abuelo tiene muxas experiencias en esto les digo ellos estan de llenos!!! spero les guste el relato, yo no lo invente ni mi abuelo, les pido una vez mas por favor no insulten. Despues les traere mas historias amigos saludos!!! Que pasen una linda tarde...